El más maravilloso del mundo...

Siempre he querido tener un hijo o hija más. No pierdo la esperanza.

Es fascinante tener un bebé en brazos. Sentimos una paz interior indescriptible. Aun cuando llora y se irrita porque tiene algún cólico o necesita que lo limpien, el bebé es el ser más maravilloso del mundo; un regalo que el Señor nos da y que tenemos que agradecerlo hasta que ya no estemos aquí en la tierra. Pídalo a Dios; no lo rechace y si Él no se lo concede, no se desanime: adopte. La paternidad o maternidad la vivimos plenamente al entregarnos totalmente a nuestros hijos. Para que se vaya ilusionando, entre a internet y siga su desarrollo semana a semana; se va a dar cuenta de lo hermoso que es el ser humano. Siempre he querido tener un hijo o hija más. No pierdo la esperanza.

Mario Monteverde Rodríguez