¿Podemos lograr una paz duradera?

En cada villorrio de la nación hay jóvenes, mayores y personas de la tercera edad que día a día emprenden con microempresas, para intentar con las ganancias necesarias solventar gastos imprescindibles. Pero, ¿cómo retribuir ese gran esfuerzo y sacrificio? Con un entorno pacífico, que permita laborar normalmente. Mas, si los paros se vuelven tradición, no se lograrán las nobles aspiraciones de ciudadanos ecuatorianos y extranjeros que intentan arrimar el hombro con la ambición de trabajar y salir adelante. Ojalá los dirigentes y gremios se pongan de acuerdo y concluyan estas paralizaciones con soluciones que nos permitan vivir y laborar en paz. Que así sea por el bien de todos.

Eduardo E. Jiménez