¡Ha llegado el momento de tomar decisiones!

El efecto invernadero con el consiguiente calentamiento global no se detiene, mientras las potencias hegemónicas se resisten a crear acuerdos más sostenibles...

El efecto invernadero con el consiguiente calentamiento global no se detiene, mientras las potencias hegemónicas se resisten a crear acuerdos más sostenibles y oportunos porque no desean sacrificar algo de sus inmensas riquezas. Todos estamos gravemente comprometidos en evitar la extinción de la vida en nuestro mundo. Debemos aprender a cuidar y amar a la naturaleza. Es urgente reducir en un plazo no mayor de 5 años la contaminación ambiental, si no lo hacemos se iniciarán grandes cataclismos y enfermedades mortíferas. A la ONU se le debería conceder el poder para crear leyes que penalicen a las naciones rebeldes que no acaten las resoluciones emitidas en beneficio de un mundo sano y de esperanza para la humanidad. No olvidemos que nuestro Dios lo construyó y lo dotó de una riquísima y maravillosa naturaleza para que sea el hogar de sus hijos. Las naciones más poderosas, como EE. UU., China, Rusia, Alemania, Japón, y las menores como Irán, Egipto, Israel, Corea del Norte, etc., no deben ser las que definan el destino de la humanidad, por razones de poder económico y político, pues han creado el gravísimo riesgo de una guerra atómica de impredecibles consecuencias. Continúa la degradación ambiental y el funesto resultado es que en unos 10 años más los océanos y mares inundarán muchas ciudades y puertos costeros por el derretimiento progresivo de los glaciares, creando grandes catástrofes. Un inminente peligro nos asecha.

Alberto Arroyo Tarello