¿A dónde vamos?

Ahora la única premisa de nuestro pueblo es esperar a ver qué nos depara un futuro lleno de espinas y traiciones

De acuerdo a informes periodísticos, la pandemia ha terminado en nuestro país; sin embargo, no sabemos de qué epidemia se habla, ya que la que más daño está haciendo es la de sicariatos y hechos violentos que cada día es peor, en especial en Guayas. La mayoría de robos y asaltos son de celulares. ¿A dónde van a parar esos teléfonos? No es difícil investigar con algún medio especializado quiénes los compran. Disminuiría y hasta terminaría esta clase de robos al eliminar a los compradores. Estando tan escasos de cárceles en el país, nunca se sabe a dónde van a parar esos presos o si algún “abogado” ya tramitó su salida del recinto carcelario. No puede ser que en un país pequeño y con tantos problemas adquiridos ya saben de quién, se encuentren marcadas diferencias entre Alcaldía, Gobernación y Gobierno. ¿A dónde vamos? Tenemos además una asamblea que no nos ha dado nada positivo y que algunos de sus integrantes reciben órdenes del exterior, asociados con alguien que nunca pudimos imaginar, así como el exalcalde de Guayaquil, que aparentemente ha contaminado al pueblo por las ansias de poder y el proceso de su partido en la elección de los puestos locales, pese a que fue advertido en algunas ocasiones que la facilidad del voto para la elección no consiste solo en poner personas conocidas por el pueblo, que no son las dignidades que necesitamos. Ahora la única premisa de nuestro pueblo es esperar a ver qué nos depara un futuro lleno de espinas y traiciones.

Ing. Édgar Diminich M.