La ignorancia es atrevida

¿De dónde sacaron plata para construir las hidroeléctricas? Y luego de mal construidas, que quede recursos para vender energía a Colombia. También para estafar a la clase media, como lo han hecho con los recursos de la seguridad social. Y en el afán politiquero creen que nadie se dará cuenta, ni les recriminará la inaudita metida de mano en los bolsillos de la clase media y baja, porque piensan que los bonos que dan a los militantes pobres les servirá para incrementar su ejército de lucha contra los que con esfuerzo y trabajo han logrado vivir con decoro. Se solapa la industria de la caridad como sistema de supervivencia. Los representantes del averno, no sabiendo de dónde sacar dinero, creen que siguiendo los pasos de los sistemas financieros de los bancos pueden adquirir dinero para sus fines socialistas, coger dinero ajeno para soliviantar los gastos del Estado obeso. Entonces el pueblo grita desesperado por la falta de trabajo: ¿hasta cuándo padre Almeida? Y la ignorancia de los monstruos apocalípticos que tienen incrustadas sus pesuñas en el Estado, rebuznará: hasta la vuelta, Señor. A colación traigo un símil de un sistema coaccionante. Se acepta la financiación de una deuda creada por el ámbito de la pandemia o le quitan el servicio, y para iniciar la recuperación, que por su falta de eficiencia y protección de los lectores de medidores por parte de la empresa dejaron crecer, después de 12 meses viene el acuerdo, que digo, coacción: o lo firma o le quitan el servicio, y lo que tiene que firmar es un acuerdo en que la primera cuota es el costo financiero, como si fueran bancos crediticios del sistema financiero. Y el colmo, como han privatizado el servicio de cobranza, que antes lo hacían ellos, ahora lo están financiando y también cobran por ello $ 2 mensuales. Los candidatos a presidentes en un silencio sepulcral, donde predomina las promesas. Con tamaños despropósitos, el estamento del Estado permite que se propague la pandemia de la impunidad al aprobar candidatos a asambleístas que están en el límite de lo aceptable.