Cartas de lectores

La Iglesia actual no es iglesia

La Iglesia actual no es una congregación de fieles, sino una monarquía absoluta. La Santa Sede “no es juzgable por nadie” (Código de Derecho Canónico). El Papa es infalible (Pío XI). Tras el entierro de Pío XII, cenando con el P. Lombardi, fundador del Movimiento por un Mundo Mejor, expresé mi deseo de que ya no fueran los obispos los que eligieran un nuevo Papa, sino democráticamente el pueblo cristiano. Le recordé que el pueblo romano elegía al obispo de Roma. Asombrado -contra los hechos no valen argumentos-, tuvo que asentir. Fueron las enormes desviaciones del espíritu primitivo, máxime por los emperadores Constantino y Teodosio, para someter a su capricho a los auténticos cristianos, las que introdujeron un rígido autoritarismo. Esa máxima jerarquización, con poder ilimitado, infinito, divino, llevó a Inocencio VIII, entre otros, a atormentar y quemar en la hoguera a sospechosos de disidencia. Nada más contrario al fraterno y libre convivir que hubo en la Iglesia desde el primer día ( Hechos de los Apóstoles). Hoy aún sufrimos mucho la presión de 17 siglos de desviacionismo autoritario, que explica la fuerte resistencia de jerarcas eclesiásticos a renunciar a sus “divinos” privilegios, pese a la creciente rebelión o deserción de sus fieles, “contaminados” cada vez más por una moral laica más democrática.

Martín Sagrera Capdevila