El Ecuador carece de verdaderos líderes
Podemos afirmar que Ecuador vive en una carencia histórica de líderes a nivel nacional. El clamor por el resurgimiento de hombres y mujeres de altas calificaciones en todos los campos de la actividad política, económica, social y gremial es verdaderamente abrumador. Nunca antes habíamos observado un pueblo tan desorientado, esperando que quienes conducen la nación les resuelva el sinnúmero de problemas que agobian al país. Los ecuatorianos “ya no creen en nada, ni en nadie “. Si tenemos un Ecuador sumido en los lacerantes niveles de corrupción, pobreza y miseria, si somos débiles en todos los campos del desarrollo humano y se nos irrespeta en el concierto de las naciones por nuestra vergonzosa dependencia de gobiernos e instituciones financieras foráneas, podemos deducir que nos han fallado nuestros líderes y gobernantes. Ya deberían haberse superado los vergonzantes niveles de pobreza, miseria, incultura, insalubridad, inseguridad ciudadana y jurídica que nos caracterizan. Al contrario, parece que a medida que transcurre el tiempo esos privilegiados grupos que han ostentado el poder, con sus malas decisiones y sobre todo por la galopante corrupción, han empeorado los indicadores de desarrollo. ¡Qué pena saber que estas mismas palabras y sentimientos son compartidas en silencio y resignación por millones de ciudadanos. Sin embargo, ese sentir de todo un pueblo se pierde en oídos sordos de nuestra clase política, con mentes obtusas impregnadas de soberbia y ambición. Por otro lado, tenemos en su zona de confort las élites académicamente formadas y honestas que no se involucran por temor a su desprestigio. Es hora de descubrir y votar por nuevos líderes patriotas; virtuosos, capaces, honestos, calificados y conscientes, que busquen el rumbo que conduzca a esta empobrecida nación a niveles superiores de bienestar colectivo. ¡Es ahora o nunca esa oportunidad!
Ec. Mario Vargas Ochoa