La devaluada Asamblea

Esperemos que las reformas que deberían implementarse al Código de la Democracia nos traigan como cercana consecuencia la participación de personas de muy alta preparación

La reciente renuncia del valioso asambleísta Diego Ordóñez refleja la decadencia de esta institución y desnuda la pobre preparación de una gran mayoría de sus integrantes. En su alocución de despedida, el asambleísta Ordóñez pone el dedo en la llaga de los males que aquejan a esta importante función del Estado y deja traslucir el poco o ningún afán patriótico que a todo buen ciudadano debe animar en el desempeño de sus funciones. Esperemos que las reformas que deberían implementarse al Código de la Democracia nos traigan como cercana consecuencia la participación de personas de muy alta preparación y acendrado espíritu cívico, que mucha falta le hace al país. 

Ing. Fausto Moscoso Ochoa