La mayoría de las personas se están comportando de una manera rebelde y sublevados ante Dios. Sus consecuencias son las siguientes: Éxodo 19:5, “Si ahora ustedes prestan oído a mi voz y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial de todos los pueblos, porque la tierra me pertenece”. Si queremos que la pandemia desaparezca, seamos obedientes a Dios. Proverbios 10:17, “El que guarde la disciplina está en el camino de la vida, pero el que descuida la reprensión hace errar”. ¿Qué nos cuesta poner de nuestra parte para poder salir de este virus que nos está matando cada día? Romanos 5:19, “Porque así como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos”. ¿Tenemos que esperar que las autoridades nos mantenga en cautiverio para así obedecer? Somos mal llevados, como la política. Ojalá nos sirva todavía alguna neurona y seamos obedientes a Dios y a las autoridades. ”La obediencia voluntaria siempre es mejor que la forzada”. Obediencia y penitencia ponen paz a la conciencia.

Javier Valarezo Serrano