La cultura del irrespeto vial

Me dirijo en este artículo principalmente al ministro de Transporte, Marcelo Cabrera; a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) y a la ATM. La cultura del irrespeto al otro se ha vuelto normal, y mucho más cuando se trata de automotores. La mayor parte de conductores de vehículos desmerecen a los motorizados y en vez de respetarlos, creen que las calles solo son para motores de cuatro ruedas. La motocicleta se ha convertido en un medio de transporte muy utilizado en la ciudad y en el campo; ocupa poco espacio para aparcar y tiene rápido acceso a las vías. Tres organismos se encargan de controlar, dirigir y administrar el tránsito y su gestión no están encaminada a concienciar a la colectividad del volante sobre los motorizados, quienes pagan su licencia y matrícula para poder transitar. Los vehículos en su mayoría no respetan a las motos. Generalmente se las utiliza para trabajar, conducidas por jóvenes que con esfuerzo la adquieren, en muchas ocasiones a crédito; conducidas bajo lluvia, calor o frío, y si es en Guayaquil, bajo un candente sol. Se dirigen con rapidez, por la exigencia de las empresas donde laboran. Incluso trabajan en las noches, jugándose la vida, debido a la inseguridad de las ciudades. No es lo mismo manejar dentro de un carro cubierto, con aire acondicionado.

Lic. Rosamaría Calderón C.