Cráneos vacíos

Lo aprobado con respecto a las amnistías es una clara demostración de que no poseen la materia gris necesaria para ser parte de una asamblea

Una asamblea, se entiende que debe estar conformada por gente pensante; ellos están delegados por el pueblo para legislar (crear leyes) y fiscalizar (fundamentalmente). Estas dos tareas requieren de capacidad analítica y conocimientos. Tanto la capacidad analítica como los conocimientos se almacenan en el cerebro, el cual se aloja en el cráneo. El triste espectáculo que se produjo en la Asamblea con la algarabía manifestada por quienes pretendían la amnistía en paquete, y que lamentablemente obtuvieron, pone en evidencia el nivel de la mayoría que son parte de esa Asamblea: personas que no tienen la preparación necesaria para formar parte de ella, ni la capacidad de razonamiento que requiere ese cuerpo legislativo. Es impropio que este, que por esencia debe ser deliberativo, se maneje por consignas nacidas de afinidades ideológicas o por compromisos de carácter netamente político. Ello es injusto para el pueblo que los eligió. Se espera que quienes nos representan tomen las decisiones más convenientes, demostrando un alto grado de raciocinio. Escuchar las justificaciones de algunos legisladores y algunos amnistiados es un verdadero poema de alabanza a la irracionalidad, un afán de ver la cara de tonto al pueblo, como si fuésemos menos capaces que ellos para razonar y para entender. Lo aprobado con respecto a las amnistías es una clara demostración de que no poseen la materia gris necesaria para ser parte de una asamblea, sin posibilidad de razonar con lógica y que desconocen las leyes. ¿Qué hacen en la Asamblea? Tienen el cráneo vacío. 

Ing. José M. Jalil Haas