Corrupción lacerante

Es suficiente con analizar el cambio de nivel de vida de todos aquellos “ciudadanos...

Considero un deber y obligación motivar el rechazo ciudadano y la lucha contra la corrupción imperante porque este no es el Ecuador que anhelamos para nuestros hijos y nietos. Miramos con enorme preocupación y desaliento la pérdida de todos los principios y valores. El presidente debe enfrentarla como estadista, con acciones coherentes y decisiones despojadas de toda vinculación con mezquinos intereses personales o partidistas, que permitan erradicar este malpara siempre. El actual sistema jurídico establecido y diseñado para dejar en la impunidad todos los atracos cometidos tiene que ser desmantelado y establecer penas severas y ejemplarizadoras para acabar con la corrupción, narcotráfico y otros delitos de repudio social. Se impone la necesidad de acciones que le permitan recuperar todo el dinero robado y proceder a confiscar sin miedos ni dilatoria los bienes ilícitamente obtenidos. Es suficiente con analizar el cambio de nivel de vida de todos aquellos “ciudadanos” que han accedido a la función pública para que las autoridades competentes desarrollen las acciones legales contra esos delincuentes de cuello blanco, que pasean su impudicia con cinismo y descaro porque están conscientes de que en el Ecuador de hoy nadie los juzgará ni les arrebatará los dineros mal habidos.

Ing. Jorge Morán Mosquera