Por convicción, no por simpatía

Los votos no se emiten por simpatía sino por la convicción de que el candidato cumplirá sus promesas de campaña

Donald Trump no es un hombre perfecto pero ha sido mejor presidente que muchos de sus predecesores. Entre sus muchos éxitos ha protegido a los no nacidos, ha convertido a los Estados Unidos en exportador de petróleo, ha logrado las tasas más bajas de desempleo, ha reducido la pobreza, ha reducido la criminalidad, ha aumentado las tasas de rendimiento del mercado de valores y ha controlado las fronteras.

Todos esos éxitos debieron de haberle ganado la gratitud de su pueblo, pero los seres humanos somos muy mal agradecidos.

Los votos no se emiten por simpatía sino por la convicción de que el candidato cumplirá sus promesas de campaña.

Alfredo Cepero