Cartas de lectores

¿Y los colegios profesionales?

Los colegios profesionales fueron creados para agrupar profesionales. En casi todos, o todos sus estatutos se contempla la superación de sus agremiados con actualización constante de conocimientos y su obligación de contribuir al progreso y engrandecimiento del país, emitiendo opiniones académicamente formadas, fortalecidas por la práctica profesional, en búsqueda de mejores días para la sociedad y para resolver sus problemas. En los aciagos acontecimientos de junio hubo una criticable ausencia de opinión de gremios profesionales, que hubiera sido muy útil para orientar la opinión pública. Se hubieran, leído con mayor profundidad las propuestas de los indígenas o las posturas gubernamentales. Para eso forman profesionales las universidades. Tampoco tuvimos sus voces frente a actuaciones de jueces o fiscales, lo que deja a la opinión pública huérfana de orientación. Finalmente, las mesas de diálogo entre Gobierno y dirigencia indígena no cuentan con delegados de los gremios profesionales afines a los temas de cada una: una verdadera afrenta. Es un tema de mucha importancia para el país, que no debe escudarse tras la obligatoriedad de no participar en política. Los profesionales deben equilibrar pasiones políticas, esclarecer planteamientos tendenciosos, constituirse en árbitros para evitar forcejeos ideológicos y hacerlos asentar en el campo del conocimiento racional. A tan penoso nivel ha llegado nuestra clase profesional, que ni gobiernos, ni dirigentes gremiales, sindicales, de agrupaciones indígenas, respetan su importancia. Es hora de que los gremios profesionales levanten cabeza y hagan escuchar su voz.

Ing. José M. Jalil Haas