Más claro no lo pidan: impedir la meta de 9-100

Hablamos de la campaña de desinformación para boicotear cualquier proyecto. En Ecuador hay campaña de desinformación para restar importancia a la vacunación contra la COVID-19. En los buses de la Metrovía se escuchan dos versiones. Un pasajero inicia su discurso: “yo trabajo en un hospital, no les digo el nombre porque me botan, pero yo no me vacuno porque sé la verdad; ustedes tampoco lo hagan. Yo sé por qué se los digo”, pero nunca indica la razón y repite el discurso todo el trayecto. Siendo la Metrovía transporte masivo, el discurso tiene audiencia asegurada. El chofer del bus hace su trabajo: conducir, y no prohíbe la disertación. Si lo hace, con la tecnología en mano es fácil acusarlo de violación a la libertad de expresión. Otros más imaginativos dicen que el líquido de la vacuna se transforma en chip y que a distancia lo activan para que la persona enferme y muera. El ausentismo de los programados para ser vacunados puede combatirse contactando al beneficiario (móvil, email); así se evitará que hagan efecto las cápsulas de miedo distribuidas en 24 provincias.  Estos hechos revelan cómo los intereses políticos pesan más que la salud de los ciudadanos. Entorpecer el desarrollo de “x” proceso cuando no son gobierno, les facilita presentarse como salvadores en próximas elecciones. En otros países sufren por falta de vacunas, aquí las desprecian. 

Ing. Isabel de Cordovez