A la ciudadanía sobre acto de recolección de firmas

Soy Geraldine Weber Moreno, colaboradora de Rescate por la Paz, fundación de ayuda y rehabilitación a jóvenes drogadictos; directora del movimiento Matrimonios al Rescate, de apoyo a parejas para resolver crisis y perdurar en el amor, a favor de sus familias. Mis vínculos con el trabajo social y comunitario son mi mejor carta de presentación. Estoy al servicio de Dios, la familia y la vida; trabajando en la recuperación de los valores esenciales que forjan seres humanos de bien y construyen la sociedad: respeto, amor al prójimo y compromiso de servir. La pérdida de estos valores y la renuncia a la lucha por ellos es la caracterización del establecimiento de una sociedad decadente, distorsionada y en ruinas. El 28 de junio, en un acto público en la plaza San Francisco, de Guayaquil, participé junto con grupos y asociaciones religiosas, laicas, étnicas, barriales, juveniles, en recolección de firmas, manifestando nuestro rechazo a que el delito de aborto pretenda ser considerado un derecho. Me acusan falsamente de haber revictimizado a una menor en dicho acto y considero pertinente indicar que la niña no formaba parte de la comitiva. Estaba en las inmediaciones y se acercó a nosotros con su madre, su bebé y otra menor, expresando su situación. Era de elemental sensibilidad humana escucharla y atenderla. Jamás se dio a conocer su identidad, edad, domicilio o particulares circunstancias de sus necesidades. El acto fue público y es normal que existan fotos o videos de aquello, que se pueden descontextualizar con facilidad o malicia. De no presentarse debidamente pruebas de haber atentado contra los derechos de esta niña, los ataques en mi contra quedarán como lo que son, simples calumnias. Mi condición de legisladora no es una mordaza para manifestar mis ideas y opiniones, compartidas por gran parte de la población de Ecuador. Por expresarme libremente en favor de la vida me han acusado de oportunista y sinvergüenza. El aborto es un asesinato de un ser inocente e indefenso que no tiene voz. Yo sí tengo voz y voy a defenderlo. El diálogo debe prevalecer.

Geraldine Weber

Asambleísta Nacional