Ni Churuchumbis, ni Saquicelas

Espero que todos tengamos vívidamente presente su pésimo proceder, sobre todo en las próximas elecciones

En Ecuador 71,9 % de la población es mestiza, 7,4 % montubia, 7 % indígena y 6,1 % blanca. El resto es negra, mulata y de otras razas. La gran mayoría no nos sentimos representados por los grupos indígenas ‘armados’ de la Conaie, ni sus costumbres ancestrales y menos por su grupo político Pachakutik, quienes hoy se encuentran en franca batalla campal para elegir a su máximo líder. Ni entre ellos se entienden, pero según versión del Sr. Churuchumbi -delfín del agitador mariateguista Leonidas Iza, cabecilla de las barbaries incendiarias de Quito y que hasta hoy no pagan los USD 1.150 millones de pérdidas por sus destrozos- ellos aspiran a dirigir nuestros destinos patrios. Las hiperdesprestigiadas y muy venidas a menos funciones Legislativa y Judicial están presididas por los primos Virgilio e Iván Saquicela (militante y simpatizante respectivamente del cuestionadísimo movimiento UNE$), Poderes del Estado hoy tristemente célebres por proteger los derechos humanos de delincuentes, narcotraficantes y criminales, en desmedro de los de la gente honrada, pacífica y trabajadora. Ello sumando al craso error constitucional de 2008 de haber creado una justicia paralela y aparte, como la indígena, solo para una privilegiada minoría étnica de 7 %. Es clarísima la repulsa de la gran mayoría de ecuatorianos a estas dirigencias que tan mal hacen quedar a sus pueblos; peor aún podría entregárseles las riendas del país. Espero que todos tengamos vívidamente presente su pésimo proceder, sobre todo en las próximas elecciones.

César E. Benítez Jiménez