Cartas de lectores: Unidos pero separados, iguales pero distintos
Pese a ser pueblos católicos no es la Iglesia ni su máxima autoridad quien los une, sino quien los separa.
Perú y Ecuador son países geográficamente unidos pero con habitantes completamente divergentes. Los peruanos intentan con vehemencia hacer suyo al papa León XIV pese a que nada tiene que ver con su cultura, etnia, historia ni idiosincrasia, pues lo une a su país un estatus migratorio; pero León XIV es hoy más peruano que los anticuchos.
Los ecuatorianos en cambio luchan con ímpetu para comprobar que el Papa nada tiene que ver con su país, en una competencia intensa sobre quien consigue antes mayores pruebas de que la madre del sumo pontífice no nació en Guayaquil, como se pensó al circular inicialmente un documento de los archivos del Vaticano que mencionaba que la Sra. Mildred Martínez nació en Ecuador.
Son pueblos similares en cuanto a la pasión que aplican en sus causas pero distintos en los sentimientos que los unen a sus compatriotas y a su terruño. En lo que sí tienen la misma característica es que pese a ser pueblos católicos no es la Iglesia ni su máxima autoridad, que en la Roma Antigua recibió el título de Supremo hacedor de puentes, quien los une, sino quien los separa.