Cartas de lectores: Los sufridos conductores y la León Febres-Cordero

En la Febres-Cordero seguirán rodando no solo los miles de vehículos particulares sino también los cientos de camiones

Señor director, gracias a la insistencia de los atribulados residentes del sector y al llamado de atención de importantes medios como diario EXPRESO, la Prefectura del Guayas -aunque no le competía directamente- tomó la oportuna decisión de intervenir la estropeada avenida León Febres-Cordero, abandonada a su suerte durante años en la parroquia La Aurora (Daule). Este fue un descuido descomunal del Estado que, como siempre en estas historias, afectó a más de 65.000 vehículos de todo tamaño que circulan a diario por esta importante arteria. Accidentes y desperfectos en los mecanismos de suspensión de los automotores se han registrado todo este tiempo sin que los afectados tengan a quién recurrir para resarcir los daños. En otros países, las indemnizaciones tras un percance por el mal estado de las vías son millonarias. Por eso las pistas allí son inmaculadas. Ojalá algún día lleguemos a esos niveles de compromiso y responsabilidad gubernamental. En todo caso, la rehabilitación de esta vía durará 240 días, según ha precisado la Prefectura del Guayas, tiempo tras el cual se desliza la pregunta de rigor: ¿qué entidad se va a encargar de darle el mantenimiento anual que le garantice más años de servicio? Nada menos que el Ministerio de Obras Públicas, el mismo que desatendió su obligación allí y en otras arterias de la provincia, sin mencionar, seguramente, tantas otras en el resto del país. Hay que tener en cuenta que en la Febres-Cordero seguirán rodando no solo los miles de vehículos particulares sino también los cientos de camiones y tráileres cuyos destinos son desde y hasta el puerto marítimo o las diversas provincias del país. El mantenimiento regular es crucial para evitar que el asfalto se dañe con el correr del tiempo.

Finalmente, señor director, la vecina vía Samborondón parece correr la misma suerte, pues hay huecos, grietas y forámenes mal parchados en casi toda su extensión. Que el alcalde agradezca a todos los santos que este invierno haya sido tibio porque, de lo contrario, esa arteria ya habría colapsado. Así empezó el problema en la Febres-Cordero...

Carlos Braulio Orellana F.