Cartas de lectores | ¡Lo que parece no importar!

A trabajar juntos para crear la Ley del Delincuente Reincidente

Más de cien millones de dólares al año nos cuesta mantener en las cárceles a los que han violado la ley en nuestro país. De eso, algo más del 10 %, un porcentaje importante, es para mantener a extranjeros que vinieron a nuestro Ecuador, no a trabajar y vivir honestamente; al contrario, algunos de ellos están acusados de robar, otros de asesinar, todos acusados de violar la ley, traicionando nuestra buena voluntad de recibirlos.

Con el argumento de respetar los derechos humanos, sus derechos -el de los delincuentes-, les damos de comer, les proveemos un lugar y un techo donde dormir, les damos seguridad, todo sin costo alguno para ellos ni sus familias. Pero desde las cárceles algunos de ellos siguen ejerciendo la actividad, dirigiendo y planificando todo tipo de delitos, vacunas, asaltos, robos, chantajes y hasta sicariatos.    Salen y vuelven a las cárceles como si se tratase de un hotel, y hacen de nuestra vida un calvario, con nuestro dinero.

Hay que preguntarse dónde quedaron nuestros derechos, el de los ecuatorianos que queremos trabajar; nuestro derecho de transitar libremente y sin preocupaciones por el país; el derecho de hacer crecer nuestra economía; el derecho a la vida y a la libertad.  Hoy no podemos disfrutar de un parque con nuestros hijos o nietos, no nos permiten invertir con tranquilidad para crecer económicamente, no nos permiten vivir en paz. Traigo a la memoria este singular maltrato a nuestros derechos porque es hora de dejar de mirar hacia un costado y terminar con este vejamen diario. Hay que deportarlos a sus países de origen, con la clara información de no regresar. Si lo hacen y vuelven a delinquir, es decir si son reincidentes en cometer actos fuera de la ley en nuestro país, recibirían un castigo ejemplar, severo y sin compasión.

Por nuestros derechos invito a la sociedad civil, a las FF. AA. y a las fuerzas del orden a trabajar juntos para crear la Ley del Delincuente Reincidente.

Por un Ecuador libre y soberano.

Enrique Gómez