Cartas de lectores: El impacto del conflicto entre Israel e Irán en Ecuador
Nuestro país no es actor clave en la política global, pero lo que pase en el mundo nos impacta directa o indirectamente
El conflicto entre Israel e Irán ha escalado de forma preocupante en los últimos días, generando incertidumbre global y una serie de efectos colaterales que ya comienzan a sentirse en países alejados del epicentro geográfico del conflicto. Ecuador no es la excepción; por lo que la economía nacional empezará a sentir sus impactos.
El conflicto ha provocado un aumento en el precio internacional del petróleo por el riesgo de que se interrumpa el suministro en el área de conflicto. Si bien para nuestro país la subida se percibiría como aumento de los ingresos por exportaciones y por ende una oportunidad fiscal en el corto plazo; al tener una política de subsidio a combustibles el efecto será mayor demanda de recursos estatales para financiarlos.
De ahí que el Gobierno debe avanzar con su focalización, no solo por este conflicto, sino que al ser muy dependientes de la venta de petróleo cualquier eventualidad global en torno a este producto nos deja muy vulnerables, agudizando nuestro déficit fiscal. Además, la tensión geopolítica genera preocupación que se traduce en volatilidad en los mercados internacionales, que llevará a la cautela a inversionistas y acreedores. Se buscará reducir riesgo y los capitales se refugiarán en bonos más seguros (los de Ecuador no están esa lista), y el acceso a financiamiento externo podría dificultarse por un posible aumento de tasas de interés o cerrando puertas a nuevas líneas de crédito.
Dada la necesidad de ingresos del gobierno, estas serán malas noticias, pues ya hay líneas de crédito determinadas con organismos multilaterales, pero nuevas podrían demorarse. Pueden sentirse efectos en el comercio exterior, no tanto por el intercambio comercial con Israel o Irán, que es muy reducido o casi nulo incluso con el segundo; sino por la afectación que puede existir en las rutas, trayendo problemas logísticos evidenciados en aumento de los costos de fletes, y alterando tiempos de entrega.
Nuestro país no es actor clave en la política global, pero lo que pase en el mundo nos impacta directa o indirectamente, ya sea por flujos de inversión, líneas de créditos, comercio exterior, migración, entre otros aspectos; por lo que es necesario y cada vez más imperante, diversificar nuestra economía, reducir el tamaño del Estado, reducir la dependencia del petróleo, focalizar los subsidios, y demás acciones que lleven a tener una economía más sólida y menos vulnerables a los vaivenes internacionales.
Jorge Calderón Salazar