Cartas | Ecuador no tiene buenas carreteras para hacer ciclismo internacional
Francia tiene vías impecables donde cada año se corre el Tour de Francia, seguido con entusiasmo por la prensa mundial
Antes de hablar sobre por qué no conviene que los mejores ciclistas del mundo compitan en nuestras carreteras, convendría preguntarle al presidente Noboa si realmente, como dijo, preferiría quitarse la vida ante una nueva “guerra” indígena como la que enfrentó el prófugo. El ministro de Obras Públicas debería explicar qué planes tiene para mejorar las vías, ya que muchas están en pésimo estado. Sabe que en el gobierno anterior se construyeron carreteras sin estudios previos, y varias colapsaron durante el último invierno.
Debería estar al tanto también de que recientemente se realizó una Vuelta Ciclística al Ecuador con resultados tristes por el mal estado de los caminos. Deportistas de varios países compitieron en condiciones lamentables, lo que hace poco recomendable repetir este tipo de eventos sin mejorar primero la infraestructura.
A pesar de esto, Ecuador ha dado excelentes ciclistas, especialmente del Carchi, como los hermanos Pozo, elogiados por ganar el Cruce de Los Andes, donde la prensa argentina los calificó como “cabras de montaña”. Hoy, los méritos recaen sobre otro carchense: Richard Carapaz, campeón olímpico, apodado “la Locomotora del Carchi”.
Francia tiene vías impecables donde cada año se corre el Tour de Francia, seguido con entusiasmo por la prensa mundial. Colombia, aunque con ciclistas destacados, no organiza una vuelta nacional completa. En ese sentido, Ecuador ha superado a Perú, Argentina y Brasil. Sin embargo, hay que admitir que aquí aún no tenemos carreteras seguras para una competencia de alto nivel, donde incluso la vida de los atletas puede estar en riesgo.
Cuando Guayaquil era aún la Perla del Pacífico, tenía una dirigencia deportiva destacada. En los años 50, el ciclismo novato y clasificado organizaba competencias exitosas entre Guayaquil-Salinas, Guayaquil-Playas y Guayaquil-Pascuales. Eran tiempos románticos, con corredores como los hermanos Ascencio, que montaban sus ‘caballitos de acero’ para disputar supremacías con rivales como Efrén Paredes, José Ullauri, los hermanos Vega Cadena, Guido Velásquez, Washington Moreno, David Romo, y muchos más que ya ocupan un lugar en el templo de la posteridad.
José Emilio Ruiz Ortiz