Cartas de lectores | También los asuntos educativos

Nos hace falta fortalecer el razonamiento, alimentar las mentes con conocimientos

En nuestro Ecuador, la prensa en general (no toda), se ha dedicado a ser sensacionalista. Se preocupan más de los temas que generan escándalo que aquellos que pueden contribuir a la superación personal. Esto nace de una concepción política que duró 10 años en el poder, y que dejó establecidas normas de una educación mediocre, que hasta ahora rinde culto a la mediocridad escogiendo candidatos sin ningún mérito. 

La prensa debería dedicar más espacio a los temas educativos, en los que se ha detectado deficiencias: física, química, matemáticas, materias que forman razonamiento y que han sido relegadas a segundo plano o al olvido. Es penoso ver cómo asambleístas navegan en la sinrazón en sus presentaciones públicas. Muchos, maestros que en la práctica no estudiaron para serlo, o que se formaron dogmáticamente para mantener al pueblo en la ignorancia.

Nos hace falta fortalecer el razonamiento, alimentar las mentes con conocimientos de los cuales podamos obtener enseñanza real, saber distinguir entre lo que es bueno o malo para el país. Tener criterio propio que impida que agachemos la cabeza ante el pronunciamiento del dirigente del partido y no contribuir con nuestro criterio.

Los medios de comunicación deberían tener programas educativos complementarios a la formación académica, y la misma educación académica debería fortalecer la capacidad analítica de los estudiantes. Es penoso ver entrevistas de asambleístas o candidatos a la presidencia en las que tartamudean ante ciertas preguntas o salen con cualquier babosada como la de que la frase ‘hasta la victoria siempre’ fue dicha originalmente por Eloy Alfaro. Ni sabe historia ni conoce al ícono de su movimiento político; lamentable.

No solo nos falta conocer nuestra historia, si no y, fundamentalmente, desarrollar el razonamiento. Hacia allá deberían coordinar los medios de comunicación con el Ministerio de Educación, para que de una vez por todas, y a mediano plazo, salgamos de la mediocridad.

 José M. Jalil Haas