Cartas de lectores: Pobre Seguro Social (IESS)
Lo más grave es que, pese a toda esta corrupción y gasto, los afiliados y pensionistas no reciben atención digna
“Los dueños de la salud” es el título del excelente trabajo de investigación realizado por periodistas de Diario EXPRESO sobre el negocio de las derivaciones médicas del IESS a empresas privadas. Merece mi felicitación por su profesionalismo y por respaldar sus afirmaciones con evidencias claras. Me causó repugnancia leer el informe y conocer que el IESS destinó 8.000 millones de dólares entre 2013 y 2025 para pagar a 1.081 prestadores de servicios de salud. De ese monto, 3.700 millones fueron a parar a solo 15 personas naturales, representantes de 27 empresas e instituciones que recibieron entre 100 y 993 millones cada una. Estas empresas crecieron significativamente gracias a estos pagos, incluyendo dos firmas ligadas a la clínica Kennedy, vinculadas a familiares del actual presidente del Directorio. Con ese dinero, dice el autor, se pudieron haber construido 40 clínicas bien equipadas.
Las irregularidades abundan: el IESS no sabe cuántas prestadoras necesita, qué servicios debe contratar ni dónde. Las auditorías no pudieron revisar toda la documentación, por lo que no se sabe si los servicios facturados realmente se brindaron. Además, las auditorías priorizaron la calidad de la facturación sobre la pertinencia médica. Por este deficiente control, el IESS pagó 25 millones de dólares a empresas privadas, pese a contar con Auditoría Interna. La Contraloría hizo varias observaciones, como falta de documentación y conflictos de interés donde empleados de hospitales también ofrecían servicios privados.
Se abusó del agendamiento de citas: se manipuló el sistema, se agendaron citas sin solicitud del paciente, se realizaron cientos de llamadas desde el mismo número, algunas desde IP conectadas al IESS. Incluso se daban citas por redes sociales, entre otras irregularidades.
Lo más grave es que, pese a toda esta corrupción y gasto, los afiliados y pensionistas no reciben atención digna. Siguen muriendo por falta de medicamentos, médicos y citas, como denuncian una serie televisiva y las noticias diarias. Señor presidente, pase a la historia como el mandatario que solucione este mal endémico del IESS, eliminando las mafias enquistadas. Esto también es crimen organizado: los afiliados no mueren a balazos, pero igual mueren lentamente por la negligencia del sistema de salud, mientras clínicas y consultorios se enriquecen ilícitamente.
C. Wellington Ríos Villafuerte