Cartas de lectores | Paradoja de la opinión pública
Lo que debería pasar es: la nueva constitución debe derogar la anterior
La Conaie fue un obsecuente servidor, pues sus dirigentes aprendieron las técnicas de subversión según sus propias palabras, con la anuencia del gobernante. Así, entonces fue más fácil absorber ‘adherentes’ que es un grupo de personas que rendían culto a la lealtad al gobernante, como lo hizo Noriega en Panamá. Esto sigue y la lealtad correísta tiene una definición dada por los sicólogos: es una disonancia cognitiva, que es el continuo rechazo a la abundancia de pruebas que hay contra el gobernante.
Ahora, entonces con la actuación del Ejecutivo contra Correa y Cía, surge la paradoja que altera completamente la opinión pública. Efecto de ello es descalificar la actuación del Ejecutivo con epítetos e improperios, en el mismo nivel como se hacía en la etapa de dominio que ejerció Correa y Cía. Se desvían estas críticas para afirmarse que hay desgobierno y mucha corrupción que ‘antes’ no había. Así los extremos se unen y el fenómeno va hacia la demostración de lo que no es, debería ser, el gobierno. Es momento de definiciones para establecer las diferencias conceptuales y de consecuencias históricas.
Ahora se intenta ir a una democracia liberal usándose los mecanismos que persiguen la búsqueda de la prosperidad con las garantías que provee el Estado mediante la seguridad. El empeño lleva varios métodos que la disonancia cognitiva lo niega, no así la mayoría de la población que lo recepta poco a poco.
En esta acción política se ve una variante de la paradoja centrada en la Conaie, con un liderazgo apasionado y violento que porta un vano orgullo: insistir que representa la voluntad popular. Es la forma cómo se manipula la opinión pública; la Conaie sabe que es el 3% de la población frente al 97 %del resto de la población blanca y mestiza.
Lo que debería pasar es: la nueva constitución debe derogar la anterior, la política de Estado debe concentrar sus deberes y obligaciones para que la prosperidad sea real mediante la práctica continua de la garantía que puede ser la seguridad. Esto en una participación mínima del Estado en la economía nacional, para renovar, entre otras cosas, la administración pública por medio de una burocracia profesional y no indolente como indiferente que es la que existe ahora.
Francisco Bayancela González