Cartas de lectores | Obligación moral
Hemos de conocernos y de reconocernos como caminantes libres, honestos y justos
Es menester despertar, no encerrarnos en el silencio y activar nuestra presencia, tanto física como virtual. El reencuentro es otra de las atmósferas necesarias para una subsistencia global y hogareña. Sin duda, la victoria más complicada la tenemos con nosotros mismos. Para empezar, hemos de conocernos y de reconocernos como caminantes libres, honestos y justos. El buen hacer y mejor vivir pasa por comprenderse, no solo para ser más humanitarios, sino también para evitar herir a los demás con nuestros vocablos. Ojalá aprendamos a reprendernos, a relacionarnos con honestidad y prudencia, máxime en una época de reducción del espacio cívico, con su creciente desinformación al respecto. En consecuencia, nos urge batallar en la toma de decisiones compartidas y conjuntas, con brío auténtico, para fomentar la confianza y la interlocución entre culturas y cultos diversos. Cohabitar con una fraternidad efectiva y afectiva entre nosotros es cultivar el corazón a corazón para sentirnos cercanos, sabiendo que todos nos necesitamos entre sí.
Víctor Corcoba