Cartas de lectores | A nivel mundial, la transición energética fracasó
La “transición energética” no reemplaza al petróleo: lo complementa
Mientras el mundo produce más energía para alimentar la inteligencia artificial, Ecuador apaga su motor petrolero con discursos vacíos. La nueva era energética no se mide por ideología, sino por la capacidad de generar energía barata y confiable. Sin embargo, Ecuador reduce su producción, desmantela infraestructura y entrega el timón energético a funcionarios sin experiencia técnica.
La “transición energética” no reemplaza al petróleo: lo complementa. Los países que lo entendieron hoy crecen; los que no, se estancan. Desde 2014, Ecuador cayó de 557.000 a menos de 430.000 barriles diarios. Las políticas de cierres anticipados y falta de inversión extranjera hundieron la producción y, con ella, el crecimiento. Sin energía no hay PIB.
Mientras Ecuador retrocede, el mundo avanza. Reino Unido aprobó más de 100 licencias petroleras; Arabia Saudita lidera inversiones billonarias con la OPEP; y Estados Unidos canceló subsidios “verdes” para fortalecer su producción fósil. El mundo no abandona el petróleo: lo usa para financiar su diversificación.
Hoy, la inteligencia artificial se ha vuelto un nuevo actor energético: los centros de datos demandan electricidad constante y abundante. La IA no funciona con discursos verdes, sino con gas y petróleo. Bank of America prevé precios bajo los US$50 del crudo por exceso de oferta, reflejo de una sobreinversión global para sostener la nueva economía digital.
Ecuador, en cambio, renuncia a sus reservas y debilita su matriz productiva. La transición que proclama no existe ni en las potencias. Sin ingresos petroleros, no hay base para financiar energías renovables. El país confunde transición con abandono.
El Ministerio de Energía debe reconocerlo: la transición fracasó; ahora el mundo suma energías, no las sustituye. Ecuador debe recuperar su producción, atraer inversión privada y usar sus ingresos para una transición ordenada, no ideológica. De lo contrario, quedará fuera del nuevo mapa energético global.
Porque mientras el mundo produce energía para crecer, Ecuador produce excusas para justificar su estancamiento.
Nelson Baldeon