Cartas de lectores | Los auténticos indígenas cuidan sus bienes y a sus hermanos
Valorar a los verdaderos indígenas es muy importante
Los auténticos indígenas aportan con su identidad y pluralidad nacional, mas no a destruir los bienes públicos, sus bienes y los de sus hermanos, que con mucho esfuerzo individual pudieron conseguir. De esa manera, los auténticos indígenas emulan al último emperador inca, Atahualpa, por su valor y coraje. Estando en Cajamarca, camino a Cuzco, para coronarse, tuvo la visita de Francisco Pizarro, quien lo confinó en una celda. Cerca de dos meses más tarde, acusó a Atahualpa de idolatría, fratricidio y traición; mintió diciendo que lo condenaba a muerte en la hoguera, pena luego conmutada por el garrote. Pizarro y el monarca prisionero antes de morir este, cenaron juntos.
El 29 de agosto de 1533, fecha de su muerte, un año después -en 1534- se fundaron en la provincia de Chimborazo cuatro ciudades importantes para el Ecuador de hoy: Riobamba, Quito, Guayaquil y Cicalpa, lo que significó la terminación del Imperio inca.
Valorar a los verdaderos indígenas es muy importante. Cada uno aporta tradiciones, costumbres, lenguas, formas de vestir, comer y pensar únicas. A diferencia de algunos de nuestros indígenas, que actúan con resentimiento y no emulan a quien con nobleza ofrendó su vida para mantener incólume su ancestro indígena, como lo fue Atahualpa, algunos buscan lucros personales, no colectivo, con actitudes hostiles. Sus posiciones prepotentes disminuyen el respeto hacia ellos. De tal manera, que se van a pasear a EE.UU. y demás países desarrollados, mas no imperialistas, como dicen ellos. Por el contrario, nuestros indígenas, especialmente de Sudamérica, han sido monarcas con imperios indígenas. Sin embargo, van a vacacionar y gastar los dólares que les fueron incautados a los aborígenes débiles y permisibles. Y, por ello, no respetan nada de lo que se encuentra en su entorno. Los verdaderos indígenas aportan con su especial forma de ser, al igual que su comportamiento y su don de gente. Sin ellos, nuestra riqueza cultural se disminuiría. Recordemos este ejemplo del inca Atahualpa y a los verdaderos ancestros indígenas de nuestra patria, como Eugenio de Santa Cruz y Espejo, médico y periodista; Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, que lucharon por la reivindicación social de sus hermanos indígenas. Son un verdadero orgullo para nuestro país.
José Arrobo Reyes