Cartas de lectores: La geopolítica frena la descarbonización marítima

Las navieras y asociaciones deben actuar como mediadores entre gobiernos y reguladores

La Organización Marítima Internacional (OMI), agencia de la ONU que regula el transporte marítimo global, aplazó un año su marco para emisiones netas cero, un revés para un sector que produce el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, comparables a las de Alemania. La OMI, con 175 Estados miembros, establece normas mediante propuestas técnicas, revisión en comités y aprobación por mayoría, pero enfrenta retos geopolíticos que causaron este retraso.

La oposición de Estados Unidos y aliados como Arabia Saudí pone en riesgo los objetivos de la Unión Europea y la OMI de reducir emisiones un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. La descarbonización requiere combustibles alternativos y tecnologías limpias para mitigar el impacto climático; sin acción, el aumento del transporte marítimo podría duplicar las emisiones, agravando el calentamiento global. Las asociaciones navieras buscan mantener el impulso verde, pero el retraso evidencia una batalla geopolítica y tecnológica.

El sector marítimo, que mueve más del 80% del comercio global, está en un momento crítico. La International Chamber of Shipping (ICS) y la Asociación Europea de Armadores (ECSA) destacan la necesidad de un marco regulatorio claro para justificar inversiones en combustibles como hidrógeno verde o amoniaco. Sin él, los armadores enfrentan incertidumbre y regulaciones regionales que distorsionan la competencia.

La Unión Europea, con su Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) y normas como FuelEU Maritime, impone estándares estrictos, pero la abstención de Chipre y Grecia en la votación de la OMI, junto con la resistencia de EE. UU., revela la falta de consenso global. Los armadores europeos argumentan que compiten en desventaja, ya que cumplir las normas de la UE eleva costes frente a competidores con menos exigencias.

Pese a la decepción, hay resistencia. La ICS, que representa el 80% del tonelaje mundial, y la ECSA reafirman su compromiso con un marco unificado. Intertanko e Intercargo ven el retraso como una oportunidad para perfeccionar la regulación. La industria no esperará a la política, pero avanzar sola es arriesgado.

La OMI urge a los Estados miembros a usar este año para lograr consenso, aunque las rivalidades geopolíticas complican la tarea. Para los armadores, invertir en tecnologías verdes sin estándares globales podría ser financieramente ruinoso si los competidores evaden compromisos similares.

El sector privado será clave para impulsar la descarbonización. La OMI sigue siendo el foro principal para un marco global, pero su capacidad para alinear intereses está bajo escrutinio. Las navieras y asociaciones deben actuar como mediadores entre gobiernos y reguladores.

El reloj sigue corriendo. Los próximos doce meses serán cruciales para determinar si el sector marítimo puede superar las tensiones geopolíticas y cumplir su promesa de un futuro sostenible.

Jokin Urcelay