Cartas de lectores: Hamás vs. organizaciones indígenas durante el paro en Ecuador
Los líderes indígenas defendían el lucro del contrabando y la explotación ilegal de minerales, no al pueblo indígena
Existe un paralelismo angustioso entre Hamás, esta fuerza del terror que gobierna a los palestinos y gazatíes, y el comportamiento de las organizaciones indígenas durante el reciente paro en el país, o al menos con el proceder de sus líderes, principalmente en Imbabura y el norte de Pichincha en Cayambe.
Hamás es una organización criminal que ha llegado a la absurda práctica de arriesgar la vida de su propia gente, incluidos niños palestinos, usándolos como escudos, con el fin de exterminar a quien considera que no debe existir (Israel y los judíos). Someten a los palestinos, los amedrentan y los adoctrinan desde muy pequeños para odiar a israelitas y judíos con argumentos fundamentalistas religiosos e ideológicos. Esto no es opinión, está ampliamente documentado. Para lograr esto, protegido por el velo de la solidaridad hacia el que menos tiene, Hamás ha lucrado con donaciones de entidades públicas y privadas del mundo occidental, además de las aportaciones de países árabes como Catar e Irán. Con estos recursos, no construyó colegios ni hospitales, sino que creó una red de túneles y centros militares debajo de bienes públicos, todo con la ingenuidad o ignorancia de organizaciones como la Unrwa.
Las organizaciones indígenas y sus líderes actuaron de manera similar durante el paro reciente. Militantes armados, enmascarados e intimidantes, amedrentaron a quienes querían abrir locales o transportar productos esenciales, destruyeron propiedad pública y privada, secuestraron empleados, extorsionaron a ganaderos y usaron violencia contra la Policía y Fuerzas Armadas. Sus líderes también lucran con donaciones locales y extranjeras. Esto, nuevamente, está documentado.
Debemos agradecer la respuesta del Gobierno mediante la confiscación de cuentas de estas estructuras y el uso de la fuerza para proteger a la población de Imbabura. De manera análoga, Netanyahu utilizó la fuerza del Estado de Israel para defender a los judíos tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que incluyó atrocidades contra niños y familias secuestradas. El argumento de derechos humanos no aplica frente a la delincuencia y el terrorismo protegido por la falsa protesta. Los líderes indígenas defendían el lucro del contrabando y la explotación ilegal de minerales, no al pueblo indígena, que, al igual que los palestinos, está sometido a sus líderes.
Esteban Serrano Monge