Cartas de lectores: ¿Dónde debe hacerse el ajuste?
Un cambio así cumpliría varios objetivos largamente esperados por el país
El Gobierno se ha comprometido a reducir $1.376 millones en sueldos hasta 2028 (Liz Briceño, 2025). Este ajuste debe centrarse en eliminar a los funcionarios políticos, cuyas renuncias no requieren liquidación. Cada gobierno suma miles de cargos directivos -gerentes, asesores, coordinadores-, cuyo gasto supera ampliamente la meta propuesta. La ministra de Relaciones Laborales ya advirtió que despedir técnicos de carrera, con sueldos promedio de $1.178 (Mariela Rosero, 2025), es inviable, sobre todo frente a los $4.000 mensuales que puede costar un político con viáticos.
Los técnicos de carrera -choferes, auxiliares, ingenieros, médicos, docentes, policías, etc.- están preparados y pueden ser gestionados con indicadores claros. El presidente y ministros podrían prescindir de la mayoría de los políticos y conservar una mínima plantilla de confianza. El caso de Rodrigo Paz en Quito (1988-1992) es prueba de que una administración técnica puede funcionar con eficiencia y compromiso, sin depender del partido en el poder.
Aprovechando esta reforma, el presidente podría ahorrar hasta $3.000 millones y proponer una transformación estructural al estilo de Brasil, donde los gobiernos se alinean a planes nacionales estables. Territorializar a los técnicos -trabajando desde sus barrios- permitiría además reducir el gasto corriente (oficinas, vehículos, servicios), dejando en la planta central solo a quienes manejan procesos estratégicos.
Estas decisiones permitirían una racionalización real: reemplazar a los políticos por técnicos que conocen el sector público, sus normas y procedimientos, mejorando eficacia, cobertura y calidad del servicio, reduciendo la corrupción y fortaleciendo la seguridad. Ningún técnico de carrera arriesgaría su estabilidad por prácticas indebidas. Un cambio así cumpliría varios objetivos largamente esperados por el país.
Diego Fabián Valdivieso Anda