Criollos narcotraficantes nos invaden con bombas, dinamita y toda clase de explosivos; nos han declarado la pena de muerte.

Amanecimos sitiados con ataques dinamiteros en más de diez sectores de la ciudad; la Policía no está armada y apenas cuenta con una seudoayuda del Ejército, con tanques cañones.

No sirve para nada su presencia; es figurativa, y como espantapájaros sirven al gobierno actual. Nos está llevando al exterminio.

La pésima administrativa municipal ahora pretende candidatizarse a la reelección; ojalá el señor Duart sea electo, cumpla con todas sus promesas preelectorales y aplique mano dura, como lo ha mencionado y actúe como el presidente de El Salvador.

Insisto en sugerir que para todo cargo publicó no sean aceptados como candidato personas con juicios pendientes, delincuentes en espera de sanciones, y que los presos de las cárceles, policías, miembros del Ejército y personas que se encuentran en el exterior tampoco tengan acceso al voto. Además, que solo voten los ciudadanos mayores de 18 años de edad.

Debería existir una ley de elecciones que obligue a cumplir las promesas electorales, con pena de destitución si no hacen lo ofrecido. Se acabaría tanto engaño.

Las cárceles están dominadas por delincuentes que se han apoderados de ellas, con acceso a telefonía celular, armamento que ni los guardias tienen, con el agravante de que no pueden accionar las que poseen porque los delincuentes tienen todas las leyes a su favor.

Antonio Abad Cornejo