Alegoría a una maestra

Con regocijo leí en Expreso el artículo celebrando la vida de la Dra. Ana Rodríguez de Gómez. Tuve la suerte de ser su alumna en el Normal Rita Lecumberri, el cual a través de sus excelentes docentes me dio las bases para continuar mi educación en la U. de Stanford, recibir la maestría en Educación y ejercer el magisterio hasta mi retiro. Al leer sobre la obra de esta increíble maestra, sentí orgullo de haber sido producto de sus enseñanzas, dadas con dinamismo, claridad y contagioso entusiasmo. La pena por su partida se compensa con la seguridad de que su obra está viva en el legado que sus muchos alumnos han producido en dos generaciones: maestros de maestros.

Sonia Stroessner