Leyendo el reportaje de Roberto Aguilar sobre el diezmero, pienso que la Asamblea Nacional representa a la clase política que tiene hundido a este pobre país con malas leyes, corrupción y actuaciones ilegales y hasta delictivas.

Pero ahora resulta que los juicios políticos se han convertido en una suerte de juicio penal paralelo, donde se valoran “pruebas”, se receptan testimonios y se realizan diligencias reservadas exclusivamente al orgánico judicial, con interpretaciones antojadizas basadas en pura politiquería.

No hay más jueces que los de la Función Judicial, por eso lo del juicio político debe ser reformado y reglado debidamente o simplemente erradicado de la Función Legislativa, porque se ha convertido en pretexto para un circo mediático permanente, repleto de payasos y malabaristas.

No hay dinero más desperdiciado en el sector público que lo que se gasta en mantener una función que desmerece al Estado y al país.

Carlos Cortaza Vinueza