Adiós 2021

La quema y las reuniones sociales han sido vetadas por lo que debemos refugiarnos en nosotros mismos...

Se considera que las primeras celebraciones de fin de año tuvieron lugar en Mesopotamia alrededor del año 2000 a. C. Se solemnizaba en los meses de marzo-abril pues significaba el comienzo de las cosechas. Hoy cada familia tiene sus propias costumbres para celebrar la entrada del nuevo año. Uvas, ropa interior de color o salir a correr con maletas; pero la más importante es el abrazo unido con el deseo de prosperidad a amigos y allegados.

Antaño, una timbrada voz en una popular emisora indicaba la cantidad de minutos que faltaban para la llegada inminente nuevo año. Los más apresurados cargaban hacia las calles sus muñecos de aserrín apertrechados de kerosene y petardos, y se iniciaba el año con las sagradas notas del Himno Nacional del Ecuador. Hoy, una malhadada pandemia sigue trastocando las costumbres, que esperamos sean para el bien común. La quema y las reuniones sociales han sido vetadas por lo que debemos refugiarnos en nosotros mismos, procurar olvidar el extremo consumismo y regalar cariño desinteresado expresado en un saludo, un abrazo, un buen gesto, una disculpa, manifestar un perdóname o perdonar alguna ofensa y, si lo considera oportuno, un “te quiero”.

Felicidades en este final del año.

Ricardo López González