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Instagram: ¿qué hay detrás del abuso de los filtros?

Usarlos en exceso puede esconder una necesidad de aceptación. Y hay quienes se aprovechan de esa carencia.

Filtros de Instagram
Lo que para muchos es solo un juego, para otros es una forma de llenar algún vacío.Pixabay

Vivimos en un mundo de ‘likes’ y constante búsqueda de aceptación externa. El efecto que las redes sociales causan en la apariencia de la gente es tan alto que hasta países como Reino Unido han tenido que intervenir legalmente y solicitar a Instagram que indique si una foto publicada está retocada, para así no crear falsas expectativas.

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La necesidad de verse parecido a ese alguien que realmente no existe va en aumento desde que aparecieron los filtros en la aplicación. Algunos usuarios modifican tanto el rostro que, inconscientemente, deciden ya no mostrarse como son en realidad.

Teorías que explican la tendencia de su uso hay muchas. Hay quienes dicen que es una estrategia entre Instagram y los cirujanos plásticos para incentivar las operaciones, sobre todo faciales. Estos profesionales se han convertido también en influencers de la red social y no dejan de postear fotografías del ‘antes’ y ‘después’ de las personas.

Aunque los retoques estéticos no tienen por qué ser satanizados, ahora pueden convertirse en una prioridad o en cierta obsesión en jóvenes que aún no han terminado de desarrollarse.

  • Al natural sí es posible

En este mundo en el que priman la belleza y el glamour, todavía hay unas cuantas figuras públicas que alzan la bandera de abrazar la naturalidad y la aceptación. Le contamos quiénes son.

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Aunque Sascha Barboza acaba de lanzar su primer filtro (ya lo han usado y guardado más de 10 millones de usuarios), la venezolana, figura potente en las redes, sobre todo en la comunidad fit, promueve su uso controlado. Suena a dualidad, pero hay que reconocer que antes de que estos aparecieran, ella ya subía historias en las primeras horas del día, y lo sigue haciendo, enseñando su rostro al natural.

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Procrastinando y tu? 🥴

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La cantautora española Sofía Ellar es fanática de subir a diario stories a su cuenta de Instagram. Sea de su trabajo o una parte de su vida privada, le encanta compartir con sus seguidores lo que hace desde muy temprano en la mañana. Cuando aparecieron los filtros, se convirtió en su fiel usuaria, pero hace poco decidió restringir su uso. Ella reconoció que se estaba convirtiendo en un hábito y que no quiere dejar de mostrar su rostro real cuando se levanta.

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No me sorprende. Pero sonrío

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La instagramer y directora creativa Daniela Salcedo es de las pocas que no han caído en el uso excesivo de filtros al subir historias a su cuenta. La colombiana, que habla mucho de emprendimiento y moda, suele grabarse tal cual está sin problema alguno. Además promueve recordar que la mitad de lo que se ve en Instagram, relacionado a cuerpos ‘perfectos’, es por una buena pose.

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Mí miércoles.💚

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  • La experta opina

La psicóloga guayaquileña María Gracia Ollague comparte su opinión sobre el tema y asegura que, debido a los estereotipos y el consumismo cultural, la mayor preocupación se resume en una pregunta: ¿cómo me ve el otro?

“En el caso de Instagram, podemos decidir qué mostrar y qué no. Considero que el filtro podría resultar muchas veces una ayuda o una herramienta ante esas metas inalcanzables que nos plantean, una forma de acercarnos a ellas. El problema es que estamos constantemente comparándonos con un ideal inasequible y no poder lograrlo genera frustración. Por ende, podríamos considerar que en ciertos casos generaría problemas de autoestima". 

¿Cómo salir de ese círculo? La psicóloga responde: "El trabajo debería empezar planteándonos qué estamos buscando cuando usamos los filtros de Instagram. Quizás aceptación, admiración, sentirnos más cómodos con nosotros mismos. Es a partir de ahí que se puede hacer un trabajo que permita conocerse, mirar un poco más hacia adentro y aprender a quererse”.