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Fernanda Salazar
Esta guayaquileña no teme a los desafíos y la pandemia fue un buen momento para demostrarlo.Instagram @fernandasalazarb

Fernanda Salazar: la lencería como segunda piel

Poner en marcha una marca de ropa interior en la que calidad y diseño destaquen se volvió su desafío.

Encajes, telas con transparencias y sedas son protagonistas sobre las mesas del taller de Fernanda Salazar. Ahí van tomando forma el diseño de esa ‘segunda piel’: la ropa interior, que apunta desde el romanticismo hasta tendencias que resalten la naturalidad del cuerpo femenino.

En aquel lugar, el sonido de las máquinas de coser se escuchaba cada vez más durante la cuarentena. Estas prendas acompañan a las mujeres en el día a día, y había que producir para ellas.

Con un año en el mercado, encontró la manera de marcar la diferencia: suplir faltas como los talles inclusivos, producción responsable y, a la vez, tendencias. Lo ha logrado al conjugar todo el bagaje cultural que lleva consigo gracias a haber vivido en lugares como EE.UU.; a su experiencia como fotógrafa y sus conocimientos en diseño de moda.

Su emprendimiento es parte de ese grupo que no se quedó de brazos cruzados. Generar trabajo a costureras, superar la falta de abastecimiento de materiales (algunos provenientes de Colombia) e incluso encargarse de las entregas fue parte de lo que la fortaleció.

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    El bralette dejó de estar oculto y pasó a ser parte del vestuario.Cortesía.
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    Otorgar versatilidad a la lencería es su diferenciador. Si se lo combina con accesorios y calzado adecuado es un look para el street style.Cortesía.
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    Su marca desnuda el concepto de que los vestidos lenceros son solo puertas adentro.Cortesía.

  • Emprender desde lo virtual

Al preguntarle si volvería a trabajar como lo hacía antes de la pandemia asegura que no lo hecha de menos. “Aunque me tocó hacer millón cosas, desde el papeleo de los salvoconductos para mi personal hasta esperar afuera de las tiendas de telas para abastecerme, tengo gratitud y satisfacción por lo aprendido”.

Antes, para ganar clientes, colocaba sus prendas en un showroom con otras marcas de moda pero con el tiempo vino la expansión. “Desde inicios de abril tuve más presencia en redes sociales y a través de Internet empecé a vender en grandes cantidades. A diario tenía que hacer hasta 16 envíos”, comenta y agrega que se debe a que todo cambió, se volvió virtual. “Si bien por el distanciamiento las clientas no pueden ver primero las prendas en físico, me ayudo de ‘stories’ para detallar todo, asesorarlas y hago encuestas para saber qué más necesitan. Por esa cercanía he ganado su confianza”.

Como emprendedora sabe que tiene que dividir sus roles. En ocasiones está frente al lente de la cámara como modelo ; en otras se convierte en directora creativa. Y entre tareas administrativas, tiene que estar pendiente del stock de materiales. “Hay algunos que importo desde Colombia y llegan a Quito, pero con las carreteras cerradas tuve atrasos en producción que luego se solucionaron.”

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El auge de líneas de ropa similares no la incomoda. “Era lógico que iban a surgir emprendimientos en este tiempo; se puede tener el mismo producto, pero si tu marca tiene identidad eso te ayuda a sobresalir y que se mantenga”. Sobre exportar productos queda aún en ‘stand by’. “Me piden envíos desde EE. UU., pero sale caro. No es muy conveniente por ahora”.

  • Empoderar siluetas

Fernanda sabe muy bien a quién quiere vestir: ella busca beneficiar al cuerpo tal cual y empoderarlo. Es por esto que sus campañas no tienen exceso de Photoshop porque es para mujeres que pueden ser perfectas a su manera.

No separa lo cómodo para todos los días de lo elegante para ocasiones especiales. La lencería confortable y con estilo es una sola; y cuanto más se vean por debajo de la ropa, mejor. No pretende esconderlas sino que pasen a ser parte de la vestimenta.

Bralettes como protagónicos en el look; vestidos lenceros combinados con tacones ‘midi’ (3,5 centímetros de altura hasta los 7,5) y complementados con sombreros y delicadas joyas, así como bodys que se mezclan con pantalones son algunos de los estilismos que impone con sus diseños.

Asimismo le dice adiós al ‘push up’ y promueve la naturalidad. Esto, explica Fernanda, porque notó que “muchas buscan que los conjuntos se adapten a su figura y no al revés”. Es por eso que personaliza las tallas plus, “para que se sientan bellas más allá de los estereotipos”.

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  • Crear comunidad

“Dejarse de ver como rivales o amenazados por otras marcas”. Esa es, según Fernanda la actitud correcta de un emprendedor.

Desde su perspectiva, lo adecuado es darse la mano, incluso, “si se puede ayudar a postear desde las redes los productos de otros emprendedores, aún mejor”

Ser fotógrafa profesional y modelo le permite colaborar con otros diseñadores ecuatorianos que manejan el rubro de accesorios, ropa y trajes baño. De ahí que su imagen está presente en varias campañas de moda que circulan en internet.

  • Sobre ella

Esta guayaquileña de 32 años es diseñadora gráfica y fotógrafa profesional. Ha hecho cursos de diseño de indumentaria en Eurodiseño y Dybrain. Es la diseñadora de su marca Sassy.