Cuarenta días después de la instalación del sistema de seguridad comunitaria en el sector Los Ángeles, en Milagro, los índices de robos y asaltos a transeúntes han disminuido. Así lo confirma Rosario Ronquillo, una de las moradoras que recuerda cómo, hasta hace dos meses, vivían intranquilos ante la presencia de personas de otros sectores que llegaban a delinquir.

El sector Los Ángeles está ubicado junto a las ciudadelas San Miguel 1 y 2. Inició siendo una invasión hace más de una década y desde entonces, por la carencia de alumbrado público, sus lastradas calles se habían convertido en el sitio perfecto para que los delincuentes lleguen a cometer sus fechorías.

“Llegaban en moto, les arranchaban las carteras a los estudiantes, al adulto mayor. No respetaban nada ni a nadie”, relata la moradora que ahora confiesa se siente más segura. Y es que la petición hecha al concejal Rómulo Vélez finalmente fue escuchada. “Han sido meses los que pedíamos un cambio, una reacción por parte de las autoridades”, coinciden los moradores.

Se trata de la instalación de una cámara de seguridad que cuenta con su propio monitoreo ciudadano. Es decir, los moradores tienen acceso a una aplicación móvil para revisar las imágenes que son captadas por la cámara que, aunque no supera los setenta dólares, es de alta definición.

“Con esto podemos ver hasta las placas de las motos que circulan por aquí”, dijo la dirigente barrial Diana Moya; quien asegura que, a fin de que los infractores duden en actuar, han colocado pequeños letreros en cada una de las viviendas que advierten que el vecindario está vigilado.

“Hemos visto gente merodeando que se va, que se queda leyendo los carteles y no actúa. Hasta los jóvenes que consumen drogas han dejado de hacerlo. Siente que ahora sí vamos a recuperar el barrio, las calles, nuestro espacio público”, aseguró Benita Ortiz, moradora de Los Ángeles.

El proyecto, iniciado en Los Ángeles como un plan piloto, cuenta con la contribución de tres sectores: el de la comunidad, la Policía Nacional y un auspiciante que puede ser una persona natural o jurídica; que es quien costea el valor del equipo.

Los beneficiados acceden al compromiso de facilitar la señal de internet que necesita la cámara. Con esto, cualquiera de los habitantes, según estos explican, sin importar dónde estén, puede monitorear desde su celular lo que está pasando en el barrio. Y, en el caso de detectar algo inusual, hacen un llamado de atención a través de los altos parlantes que están junto a la cámara, mientras la policía llega.

Y es que a través del chat comunitario que han creado los agentes, los residentes los mantienen al tanto de lo que ocurre en segundos.

A decir de Vélez, la iniciativa puede ser replicar en otros sectores. “El beneficio es para la comunidad, ahora ellos saben que están vigilados las 24 horas y que, de cometerse un delito, este quedará registrado, lo que facilitará la captura del delincuente”, dijo.