Los habitantes de la ciudadela Álamos Norte, aledaña a la décima etapa de la Alborada, hacen un llamado al Cabildo para que chequeé los árboles que integran el vecindario. Denuncian que a algunos ya se les han caído las ramas y han empezado a secarse. Por lo que piden actuar de forma inmediata para evitar sufrir los estragos evidentes en otros barrios.

“No queremos vivir ese ‘otoño’ obligado que experimentan las especies de la Alborada, Guayacanes, Samanes, Urbanor, la Kennedy, vía a la costa... Están a tiempo todavía de remediar el problema. Estamos alertándolos. Ayuda, por favor”, solicitó la residente Elizabeth Campuzano, quien vive en el sector.

Ella advierte que los vecinos han actuado desde ya por su cuenta, pero ante tal problema las acciones resultan ser insuficientes.

“En el Portón del Álamo han empezado a tratar la plaga, en otros han hecho una poda técnica que no perjudique a los árboles; hay vecinos que están lavando las hojas, una por una, de los árboles afectados... Pero el daño sigue avanzando”, detalló.

La comunidad, como ya lo han hecho los habitantes en otros sectores del Puerto Principal, exhortan a que se haga ya un estudio para entender qué está pasando. "Especialistas han hablado una y otra vez de las consecuencias que esta plaga y la falta de atención generan al entorno. No es solo que corremos el riesgo de perder un árbol en una ciudad donde la sombra ya es de por sí escasa, sino que hay daños hasta en la agricultura", se quejó Ronald Castro, también residente de la zona. 

Xavier Salgado, especialista en Agroecología y Desarrollo Sostenible,  aseguró en un reportaje anterior que debido a la falta de acciones prácticamente hoy todos los árboles de la ciudad y cantones aledaños corren el riesgo de secarse. “La cochinilla se expande en épocas de frío, es ahora por lo tanto que están contagiándose los árboles sanos. La situación es tan grave que la plaga, por tener esa especie de cera algodonosa, puede llegar hasta Daule, y afectar los campos agrícolas. Lamentablemente, para el Cabildo ha sido poco rentable realizar un manejo integrado de plagas , puesto que los árboles no les representan votos. De allí que los dejan morir para después retirarlos y no gestionar su tratamiento”, indicó.