Brisas de Santay es víctima de la industria y este nuevo hecho es solo una nota más de antecedentes en el calendario. Es el sector que fue afectado con el incendio de una cartonera, en noviembre de 2020 y adolece de contaminación industrial y consecuencias que surgen por la actividad propia de las empresas vecinas.

Soportan ruido, polvo, olor a químicos. Algunos incluso han debido dejar sus casas y marcharse. El crecimiento industrial desmedido, sin un aparente plan de impacto para la ciudadela, hace que los vecinos se vean cada vez más renuentes a creer en la autoridad municipal y no descarten llevar esto a la justicia, aseguró el presidente del Comité, Jorge Abad.

El planificador urbano Luis Alfonso Saltos sostiene que esto es un claro ejemplo de como el desarrollo inmobiliario sin visión ambiental o las personas en busca de ganar un poco más de terreno para su predio son las causantes de motivar las inundaciones urbanas.

“Los canales naturales sirven para el desfogue de las aguas lluvias, como en Guayaquil y toda la zona baja de la cuenca. “Es útil, principalmente, en la época invernal, por eso cuando esto ocurre la afectación no se ve inmediatamente, pues no hay lluvias que inunden, pero en invierno será otra la historia”, adelanta.

Dice por eso que los municipios deben urgentemente, en coordinación con el ministerio de Agua, Ambiente y transición ecológica, analizar la situación de los esteros en todas las áreas urbanas con problemas de inundaciones, a fin de definir los mecanismos para mitigar estos efectos.

Hechos como este evidencian, a su decir, la falta de control de ciertos municipios en las edificaciones. “Los barrios son dejados al margen y se priorizan proyectos que generen más plusvalía”, sostiene.