Guayaquil

El skate, un deporte que no halla pista en La Puntilla

Por la falta de un skatepark, los jóvenes se exponen a ejecutar sus maniobras en las calles. Reclaman un espacio público para deslizarse sin riesgos

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Realidad. Un skate en La Puntilla realiza piruetas en la calle ante la falta de un skatepark.Miguel Canales / Expreso

Ropa cómoda. Patinetas sobre sus hombros. Conversaciones en las que revelan que esta vez sí les saldrá esa maniobra que tanto les ha costado. Así es como un grupo de jóvenes de la ciudadela Entre Ríos, en La Puntilla (Samborondón), sale de sus viviendas en busca de una nueva aventura para demostrar su talento, pero la práctica se ve limitada a cumplirse en vías oscuras y transitadas, pequeñas plazoletas o aceras deterioradas.

Y a esto se suma el rechazo de algunos residentes, quienes critican el ruido ocasionado por los arriesgados saltos que realizan en el aire, las bancas o los muros. No le tienen miedo a las barreras. Los desalojos de guardias privados y policías metropolitanos son parte de la jornada.

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Participación. Diferentes jóvenes de La Puntilla solicitan un skateark.Miguel Canales / Expreso

Aquellos contratiempos han sido recopilados en un corto, pero apacible audiovisual publicado en la cuenta de Instagram @skatepark_samborondon, que lleva más de 12.300 reproducciones. En el video, en el que se los puede ver además caer y salir ilesos cada que hacen un truco, decenas de internautas han expresado apoyo. Sin plantones, ni marchas, los skaters pretenden llegar a oídos de las autoridades del cantón para exigir tener un espacio para practicar este deporte, que está incluido en los próximos Juegos Olímpicos.

“No todos sabemos jugar fútbol, básquet o tenis. ¿Por qué no apuntar entonces a algo nuevo que traerá seguridad, turismo, diversión y unidad? Hay chicos que tienen talento para este deporte”, afirma Álvaro Fernández, habitante de Entre Ríos y skater desde hace más de 10 años.

Él, que disfruta de las excursiones urbanas sin importar la hora (entre pirueta y pirueta -reconoce- ha logrado descubrir la ciudad), precisa que ante este escenario hay jóvenes que han decidido abandonar esta actividad sintiéndose frustrados por no tener un parque de patinaje o skatepark. “Con los impuestos que el municipio recibe se puede hacer una obra de estas. Esta práctica es sana”, detalla. Los chicos se han cansado de peregrinar.

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Y es que ellos no quieren más verse limitados a deslizarse o flotar sobre las veredas, donde están los autos de sus vecinos aparcados, se desplazan los motorizados o simplemente hay mobiliario urbano mal colocado. Ellos quieren saltar escaleras y caer al suelo, sueñan con subir y bajar largas rampas, sin tener que ir hasta Guayaquil para usar los pocos skateparks que también hay allá. “Solo queremos nuestro espacio, esto es arte, esto es vida. Es libertad. Felicidad”, agrega Fernández.

Hasta ahora no hemos tenido accidentes de tránsito, pero sí corremos el riesgo de ser embestidos por la velocidad de los conductores. Patinar en la ciudad es un riesgo

Nicolás Ricaurte, residente de Entre Ríos y skater

La necesidad de contar con su propia pista, a decir de Nicolás Ricaurte, un joven de 16 años que comenzó a practicar skate hace 10 meses, se da también por el temor a ser atropellados en arterias transitadas, como la vía Samborondón que también la recorren por falta de un espacio; y en la que varios accidentes se han dado por irrespeto al peatón o al ciclista.

Es difícil patinar así. Cuando lo he intentado, a los 15 minutos regreso a la ciudadela. Acá, aunque con dificultades, me siento más seguro”, cuenta.

Ante esta situación, Diario EXPRESO consultó al Cabildo sobre si existe un plan para crear estos espacios, o qué tiene previsto hacer para incluirlos desde ahora en sus proyectos, pero hasta el cierre de esta edición las respuestas no llegaron.

En tanto que para residentes de urbanizaciones aledañas como Fernando Huamán, presidente de la ciudadela La Puntilla, este pedido por parte de los jóvenes es positivo y necesario, puesto que devolverá la vida a zonas deprimidas y atenderá a una comunidad que ha estado relegada por años.

Al culminar la ruta, los deportistas se congregaron para disfrutar y alentar a sus compañeros en una entretenida competencia donde buscaban realizar el mejor truco en rampa.

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“En La Puntilla tampoco hay un skatepark. Hace 20 años existían espacios sobrepuestos, pero de eso ya no hay nada. Es un bonito deporte y además aleja de las drogas o vicios. Deberían haber esos espacios en todas las ciudadelas”, reconoce Huamán, quien también practicó skate en su adolescencia.

Sandra Torres, habitante de Ciudad Celeste, comparte esta opinión sobre todo porque, advierte, es necesario que en La Puntilla haya espacios inclusivos. “El skate une a la gente, es comunidad, una tribu similar a la de los surfistas. Me encantaría que aquí haya espacios de este tipo. Me he cansado de ver una arteria larga sin nada más que casas. La Puntilla necesita color, arte y vida. Y lo necesita ya”, piensa.

Hace muchos años en las calles teníamos estos problemas con guardias municipales que no están empapados del tema. Nos tiraban incluso gas pimienta en la cara

Sebastián Santos, skater

En los últimos segundos del audiovisual, la agrupación hace un llamado a que esta no es una necesidad de una persona ni un grupo de gente, “sino de una comunidad entera que tiene las ganas de vivir, destacar y conquistar este deporte”.

  • “Hay skateparks que están mal hechos”

Sebastián Santos, de 35 años, practica skate desde que tenía 9 y recuerda que el problema de ejecutar este deporte en las calles o sitios peligrosos se ha dado desde hace décadas porque diferentes ciudades del país no contaban con una cancha exclusiva para ejecutarlo.

Con el paso del tiempo y tras ver que las autoridades solo construían canchas para otros deportes como básquet, tenis o indor, se vio empujado a crear su propia pista en su casa, en Salinas. Fue entonces que el también surfista junto a otros amantes de la patineta tuvieron un espacio para demostrar su arte, de forma privada.

“Es una realidad triste la de nuestras ciudades. El problema de Ecuador es la falta de cultura y he tenido amigos que por estar haciendo skate han tenido enfrentamientos con policías”, recuerda.

Asimismo, señala que ese escenario ha tenido un ligero cambio, pero hay espacios que no son los acordes para desarrollar este deporte.

“Sí, ha cambiado hasta cierto punto, pero incluso hay skateparks que no están hechos bajo las necesidades de los skaters. Hay autoridades que lo hacen solo para cumplir, pero no se empapan del tema. Cogen una foto de Internet y construyen, ni siquiera piden asesoría de un profesional del skate y eso trae como consecuencia que las rampas tengan, por ejemplo, malas inclinaciones”, se lamenta el deportista, quien sugiere a las autoridades que al momento de levantar estas estructuras tengan el respaldo técnico de las asociaciones de skateboarding del país.