
Playas expande su reserva natural: más control a manglares, pesca y turismo
La reserva marina y terrestre pasa de 14.946 a 17.424 hectáreas, reforzando la conservación de manglares
El Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) aprobó la ampliación del Área Nacional de Recreación de Playas, que pasa de 14.946 a 17.424 hectáreas de extensión marina y terrestre.
Playas amplía su área protegida costera
La medida, formalizada mediante el acuerdo ministerial N.º 2025-59A, redefine los límites de la reserva que ahora se extiende desde el estero de Data de Villamil, al sur, hasta los linderos con Engunga, en Santa Elena, al norte.
La decisión responde a un pedido del GAD Municipal de Playas y busca reforzar la protección de manglares, ecosistemas costeros y recursos pesqueros.
El nuevo marco también restringe prácticas de pesca depredadora, como la operación de barcos chinchorreros en áreas de reproducción, y establece regulaciones más severas sobre las construcciones en zona de playa: solo se permitirán estructuras ligeras de caña o madera, mientras que proyectos mayores deberán contar con certificación ambiental dentro del sistema oficial de áreas protegidas.

Las autoridades se pronuncian al respecto
Según Carlos Alvarado, director de Turismo municipal, la prioridad es la conservación marina, que representa el 80% del área ampliada. “Este ajuste responde a más de diez años de estudios y recomendaciones de pescadores, operadores turísticos y la ciudadanía”, dijo el funcionario, al recalcar que ahora el municipio tendrá un rol más directo en la gestión ambiental del sector céntrico de la playa.
Sin embargo, aunque la ampliación fue recibida con satisfacción por parte del sector turístico, también se plantearon advertencias críticas: los retos van más allá de trazar nuevos límites. Persisten problemas visibles como escombros de obras arrastrados por el mar, viviendas levantadas en zonas de playa —sobre todo en la vía a Data—, y una poza de aguas servidas detrás del rompeolas, que se ha convertido en foco de contaminación. “Ahora que el municipio tiene la responsabilidad, esperemos que también se solucionen esos problemas”, comentaron operadores turísticos consultados por EXPRESO.
El acuerdo deroga al emitido en 2011 y se perfila como un cambio significativo en la gestión ambiental y turística del cantón. Para su implementación, la municipalidad deberá coordinar a través de sus direcciones de Turismo, Medio Ambiente, Gestión de Riesgos y Planificación Territorial.
La socialización con operadores turísticos se realizó el pasado 15 de septiembre, donde se insistió en que la medida es un paso necesario para equilibrar el desarrollo turístico con la conservación. No obstante, la efectividad de la ampliación dependerá de la vigilancia, el control y la capacidad real del municipio y del MAATE para hacer cumplir las regulaciones en un territorio que, si bien es estratégico para la conservación, también está presionado por la urbanización y la expansión turística.
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