Centros nocturnos Guayaquil
Presencia de militares en un centro nocturno de Guayaquil.DIEGO ALVARADO / EXTRA

En Guayaquil, nuevo toque de queda por 30 días golpea a la industria nocturna

Algunos ciudadanos consideran necesario el estado de excepción; sin embargo, este afecta drásticamente al gremio de centros nocturnos

El estado de excepción, que se extendió por 30 días más, generó divisiones en la población. Mientras a los dirigentes de negocios nocturnos en Guayas les afectó drásticamente que las actividades se terminaran a medianoche, a algunos ciudadanos les parece una medida necesaria ante la delincuencia.

La operación militar fue en la cooperativa Santiago de Roldós, sur de Guayaquil.

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El presidente Daniel Noboa anunció la extensión de la medida el 7 de marzo, manteniendo la semaforización de los cantones sin cambios. En el nivel rojo, se restringe la libertad de tránsito de 00:00 a 05:00, en el amarillo de 02:00 a 05:00 y en el verde no hay toque de queda.

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"Cayó como un balde de agua fría", expresó Nicolás Vasco, Presidente de la Zona Rosa de Guayaquil y propietario de la discoteca H2O en la misma zona, al ver que Guayaquil no pasaba al semáforo amarillo, a pesar de haber solicitado el cambio previamente.

"Estamos quebrados completamente", afirmó Vasco, quien contó que sus ingresos han disminuido drásticamente, pasando de un 100% a apenas un 15%. Además, ha tenido que reducir la cantidad de trabajadores de 17 a 4.

Jorge Arroyo, ciudadano guayaquileño, opinó que el toque de queda es una medida que ha beneficiado en gran parte a la ciudad, pues, pese a que tiene ventajas y desventajas -como el deterioro de la vida nocturna-, asegura que "si en algo nos beneficia a los ciudadanos que estamos haciendo el bien, está bien que se amplíe", manifiesta.

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“Eso es un daño para todos los que estamos en el turismo, que es una cadena inmensa que incluye a taxistas, restaurantes, hoteles, eventos, artistas, DJ’s, discotecas (...) La vida nocturna está muriendo”, lamenta Ernesto Vásquez, vicepresidente de los centros nocturnos del Guayas y dueño del bar Nikita, situado al suroeste de la ciudad.

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Verónica Fernández, otra ciudadana que reside en el Puerto Principal, comentó que las autoridades están cumpliendo un gran rol para combatir la inseguridad en el contexto de la restricción de la movilidad nocturna, por lo que considera que es una medida "indispensable" en estos días.

Vásquez garantiza que en la zona donde se encuentra su negocio, en el distrito Portete, las cosas están ‘tranqui’, ya que con la presencia de los militares la inseguridad se ha reducido. Por su parte, Vasco invita a los farreros a que vayan a la disco temprano para no perderse el jolgorio.

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