Luego de la poda mal realizada que destruyó nidos y dejó sin hogar a aves, entre adultas y polluelos, en los árboles de un área verde de la ciudadela Guayacanes; ciudadanos y expertos cuestionan el hecho de que el Municipio de Guayaquil no cuente con una correcta planificación integral sobre esta actividad. Denuncian que estas acciones se dan en toda la ciudad, pero este caso, ocurrido el fin de semana, fue la gota que colmó el vaso.

“Por eso es tan importante la legislación de protección de ecosistemas urbanos y manuales de poda técnicos como lo hay en muchas ciudades. Lamentablemente no es el primer caso. Pasa a diario en parques y avenidas de la urbe”, se lamenta Lisseth Mena, máster en ciudad y arquitectura sostenible, quien compartió videos de cómo quedaron las especies tras la devastación: silbando entre un tumulto de hojas y ramas, buscando lo que fue su hogar.

Luis Alfonso Saltos, especialista en planificación urbana, se suma a este comentario, pues conoce de cerca la problemática. Él aún espera la ordenanza de arbolado urbano que se planteó en la antigua administración, con Jaime Nebot al frente, durante una reunión en el 2016 junto a otros colegas.

Pero desde entonces, afirma, nunca más los volvieron a llamar y no se sacó jamás la ordenanza. “Pedíamos que se socialice el borrador que supuestamente tenían y no pasó”, confirma el también académico a EXPRESO, al recordar que en el encuentro se abordó la necesidad del manual de poda y mantenimiento de arbolado para la zona urbana. Pero nada.

En este caso, las aves corrieron con suerte gracias a las denuncias de moradores, quienes alertaron a fundaciones como Proyecto Sacha y Rescate Animal Ecuador, cuyos integrantes fueron los primeros en llegar al sitio y no ocultaron su indignación sobre lo ocurrido. “Ahora multan a la empresa. ¿Y a la Alcaldía quién la sanciona? ¿Cómo escogen a las empresas que hacen las podas? Esto parece improvisado”, cuestionó la última institución.

Mónica Cabrera, ambientalista e integrante de la fundación, reconoce que estos casos se suscitan a diario, pero muchas veces no son denunciados. A ella no le convence el anuncio que hizo el Municipio en el que aseguró que tomará acciones legales con un “expediente administrativo sancionador” a la empresa que hizo este mal trabajo, por lo que hace un llamado al Ministerio de Ambiente para que tome medidas en torno al delito ambiental que, subraya, aquí ha ocurrido.

En busca de una respuesta sobre el caso, EXPRESO consultó al Cabildo en qué consiste la sanción que recibirá la empresa contratista y si el personal está capacitado para estas tareas, pero hasta el cierre de esta nota la contestación no llegó.

De acuerdo a voluntarios que acudieron al rescate de las aves se conoció que la compañía se llama Limanparq S.A., por lo que también se le pidió al Cabildo que corrobore esta información. La respuesta fue la misma: silencio.

Un equipo de este Diario visitó el parque en cuestión y constató que hay algunas aves que todavía se posan entre las ramas de los podados árboles. Para Jaime Arellano, especialista en guianzas de aviturismo, este proceder deja en evidencia que Guayaquil carece de planificación y que solo se actúa en el momento e improvisando.

“¿Cuáles son las nuevas acciones que va a tomar el Municipio? ¿Qué hace Áreas Verdes? ¿Cómo se educa a la ciudadanía en estos casos?”, son las preguntas de Arellano que eleva a la autoridad.

En tanto, los polluelos fueron trasladados a las instalaciones de Proyecto Sacha, centro de paso de vida silvestre dirigido por Eleana Molineros, que después serán regresados a su hábitat natural.