Este lunes 30 de enero, con dibujos, carteleras y mensajes de reflexión, estudiantes de escuelas y colegios de Guayaquil, Durán y Samborondón, conmemoraron el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, promoviendo que las instituciones sean espacios seguros y libres de violencia.

“Queremos un mundo más justo y es vital fortalecer los valores desde la casa para que no haya situaciones de violencia. Nosotros los jóvenes tenemos que estar prevenidos para saber actuar en diferentes casos”, indicó la estudiante Liliana Silva, de décimo año de la Unidad Educativa Ismael Pérez Pazmiño, quien expuso junto a sus compañeros sobre la importancia de una sana convivencia escolar.

‘Un mundo sin violencia’ fue el mensaje central de coreografías, exposiciones, pinturas y leyendas alusivas a la fecha.

Estar informados para prevenir cualquier tipo de violencia es parte del proceso educativo, relató, Salma Macay estudiante de 14 años de dicho plantel. “En el colegio nos inculcan lo importante de no fomentar la violencia hacia los demás. Tenemos que conocer a dónde podemos recurrir cuando suceden casos que vulneran nuestros derechos y siempre es bueno conversar con nuestros tutores o con las psicólogas para recibir recomendaciones”, indicó.

Blanca Ortiz, docente de la unidad educativa, destacó la interacción con los estudiantes durante todo el año lectivo: “Hemos trabajado temas de convivencia, armonía y buenos valores. Es importante escuchar la reflexión de los jóvenes ya que de ellos salen grandes ideas”, agregó.

A través de los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE), se desarrollan charlas, espacios de reflexión, círculos restaurativos con los estudiantes sobre prevención de violencia y educación para la paz, convivencia armónicas, relaciones familiares en la formación integral y desarrollo de habilidades para la vida.

Elvia Peñaranda, docente de la unidad educativa Pedro Carbo, resaltó la importancia del trabajo con los padres de familia para lograr entornos saludables. “ El contacto con la familia es fundamental para educar a los niños y adolescentes. Los padres asisten a las reuniones, se comprometen a poner de su parte y ratifican que seamos la guía de sus hijos. Muchas veces las ocupaciones laborales logran distraerlos de la tarea como padres, pero en los talleres remarcamos esa labor irremplazable”, puntualizó.