
Detenido por traficar caballitos de mar y rescate de una boa en Guayaquil
Una aprehensión en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo y la reubicación de un reptil marcan la jornada de la Policía
Un ciudadano de origen asiático fue aprehendido en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil, tras descubrirse que intentaba transportar cuatro caballitos de mar fuera del país. El hecho, que constituye un presunto delito contra la flora y fauna silvestre, activó los protocolos de la Unidad de Protección del Medio Ambiente (UPMA) de la Policía Nacional.

Tráfico de especies
El hallazgo ocurrió durante un control de rutina. Según detalló el sargento Frank Huilca, de la UPMA, el personal de Migración fue quien se percató de la irregularidad al revisar el equipaje del pasajero. "Mientras realizaban un control de filtro, se percatan de la existencia de cuatro caballitos de mar", explicó el uniformado.
La tenencia, transporte o comercialización de esta especie es considerada un delito. Los caballitos de mar se encuentran protegidos y listados en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lo que restringe estrictamente su comercio.
"Inmediatamente, avanzó personal de la Unidad de Protección del Medio Ambiente conjuntamente con la Unidad de Investigación de Delitos Ambientales", agregó Huilca. El ciudadano fue llevado ante la Fiscalía, que determinó la procedencia de la aprehensión por contravenir las disposiciones legales. Se le leyeron sus derechos y se comunicó el incidente al consulado respectivo para evitar cualquier tipo de inconveniente diplomático.
Aunque las investigaciones continúan, se presume que el tráfico de estas especies podría estar vinculado a su uso para fines medicinales en algunas culturas.
Otro caso de fauna silvestre: el rescate de una boa

En un hecho separado, pero que también refleja el trabajo de las unidades ambientales, se reportó el rescate de una boa que se había introducido en una vivienda de un sector de Guayaquil. A diferencia del caso en el aeropuerto, esta intervención consistió en la reubicación segura del animal, devolviéndolo a su hábitat natural sin que representara un peligro para los ciudadanos ni para la propia serpiente.