RECORRIDO AEROVIA
Samuel y sus padres se tomaban de las manos durante el recorrido, simulando estar en una montaña rusa. Agencia (ag-extra)Freddy Rodríguez

Aerovía, más ‘atracción’ que medio de transporte

La mayoría de usuarios de la Aerovía se suben a ellas para pasear y ver cómo funciona el sistema. El fin de semana hubo largas filas para utilizarlo

Apenas puso un pie fuera de la cabina de la Aerovía, en la estación de Durán, el pequeño Samuel saltaba y gritaba emocionado. “¡Es como una montaña rusa! ¡Es como una montaña rusa!”, le repetía a Pablo Orellana y Elizabeth Ormanza, sus padres que iban junto a él.

En la Abel Gilbert se ubica la estación de la aerovía. No hay grandes atractivos cerca.

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Los esposos, Samuel, de 8 años, y su hermanito menor, Micael, se embarcaron al Sistema Aerosuspendido en la estación Plaza Centenario, en la avenida Quito y 9 de Octubre, del centro de Guayaquil.

Lo hicieron a las 10:08 de ayer, con la intención de darse un paseo en el recién inaugurado medio de transporte masivo. Pero, en el imaginario del niño, la Aerovía no era más que uno de los juegos mecánicos que encuentra en un parque de diversiones.

Tanto era su entusiasmo, que cada que el cubículo dejaba cada una de las cinco estaciones que componen el sistema, le agarraba las manos a sus papás, las elevaba sobre su cabeza y pegaba unas carcajadas que se escuchaban hasta la siguiente cabina.

El paseo les costó 6 dólares, a pesar de que el pasaje por viaje es de 70 centavos por persona. Esto fue lo único que incomodó a Elizabeth, que para subir cada miembro de la familia tuviera que comprar una tarjeta recargable de 2 dólares. Su bebé Micael viajó gratis, al igual que los adultos mayores que, hasta el 31 de diciembre no están pagando nada. Desde el siguiente año pagarán tarifa preferencial.

No hubo más objeciones. La familia resumió el trayecto como “muy bonito”. Esto distó de un par de vídeos que circularon en redes sociales durante el fin de semana pasado, en los que usuarios se quejaban de la paralización, durante unos minutos, del sistema.

“La verdad es que ahorita estamos atascados en esto, no sé por qué”, se escuchaba a un usuario en la grabación que se viralizó.

Camilo Ruiz, administrador de la Agencia Aerovía, corroboró que sí hubo paradas en el trayecto durante el fin de semana, pero provocadas por los propios usuarios. “Nosotros revisamos la bitácora del mando central y ahí se ve por qué se dan estas pausas. Las de ayer (fin de semana) se debieron exclusivamente a que la gente ha presionado los botones de freno que están en las estaciones”, detalló a EXTRA.

RECORRIDO AEROVIA
Para usar el medio de transporte hay que adquirir una tarjeta que sirve para dos viajes. Agencia (ag-extra)Freddy Rodríguez

Precisó que hubo tres reportes de este tipo, en el que ciudadanos aplastaron irresponsablemente los interruptores. “Es todo un tema de ajuste hasta que se alcance un equilibrio en la operación por el tema cultural. Para la gente es nuevo. La afluencia de gente que tenemos ahora no es la que se mueve por tema de transporte, sino por turismo, por distracción”, precisa.

Cuestión de tiempo

Esto es algo que, antes de la inauguración, ya lo preveía Carlos Jiménez, urbanista y especializado en Planificación Urbana y Regional. Quiere ser optimista, apunta, y prefiere esperar a que pasen los meses, siquiera hasta marzo de 2021, para notar si la Aerovía servirá para lo que fue construida: como medio de transporte. “Soy escéptico con los resultados a largo plazo. Esas cabinas pequeñas y la velocidad que van, apuntan más para un tema turístico, pero ¿qué tan turístico puede ser Durán o los lugares de Guayaquil donde están las estaciones?”, cuestiona.

Al final, concluye, será el usuario el que analizará el costo-beneficio, pero él no cree que haya mayores beneficios si no se integran todas las opciones de movilización en la ciudad a este sistema, como los buses, ciclorrutas o la Metrovía.

Lo que sí cuestiona es que las autoridades, a su criterio, no dimensionaron la ‘novelería’ de los ciudadanos, lo que provoca enormes filas para ingresar a las cabinas que, por el aforo y el tamaño, no permiten llenar su cupo regular: 10 personas. “Por esto mismo se forman filas”, analiza.

Ruiz considera que las circunstancias: cierre de malecones, feriados, centros comerciales con aforo reducido, han provocado que los usuarios se vuelquen a la Aerovía y “la fila se vuelva más grande en los andenes y la gente, por traviesa o por accidente, termina aplastando botones de frenado”, explica el administrador, descartando que la paralización en el sistema se deba a una falla técnica.

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Guías en las paradas explicaban el uso del sistema. Hay que pagar 70 centavos por viaje.Freddy Rodríguez

El sociólogo Andrés Martínez analiza este comportamiento como algo “muy nuestro”. Tanto las aglomeraciones para subirse al nuevo atractivo como jugar irresponsablemente con su funcionamiento.

Adelanta hasta posibles casos de vandalismo que, considera, deberían prevenirse con campañas de concienciación y uso que deberían impulsarse desde las instituciones a cargo de la Aerovía. “Cuando pase esa novedad inicial, ese comportamiento se va a ir calmando de a poco”, augura.

Lo que sí nota con preocupación es que, mientras por un lado, las autoridades lanzan medidas para frenar los contagios de la COVID-19, la inauguración del Sistema Aerosuspendido de Guayaquil “debió aplazarse por el punto sanitario, porque esta fue una forma de forzar una especie de concentración”.