Era una obra de ensueño. La Ruta Viva de la Independencia llegaría a los lugares donde ocurrieron los hechos que el 9 de Octubre de 1820 le dieron la libertad a la ciudad. La presidenta de la Empresa Pública de Turismo, Gloria Gallardo, la anunció en las páginas de este Diario en 2015. “Será una obra viva en las calles, en cada uno de los puntos en los que se gestó la emancipación. Se construirán para ese fin marcadores turísticos, con luces tipo LED, iluminados con la estrella de octubre, con la información respectiva. Será una ofrenda a la urbe”.

Se supone que esa obra estaría agendada para 2016, pero no pasó. Se fue postergando hasta este 2020, cuando halló otra barrera, la más difícil de los últimos tiempos, el arribo de una pandemia que le suma más de 13 mil muertos a la urbe porteña.

El lunes 5 de octubre, cuando la alcaldesa Cynthia Viteri expuso una lista de obras que formarán del Bicentenario de Independencia, confesó que 35 millones de dólares que estarían destinados para las obras y festejos de esa fecha, que se cumple este 9 de octubre, debieron destinarse al área de Salud, por la emergencia sanitaria que puso de rodillas a Guayaquil, una de las ciudades más golpeadas por el virus en toda la región.

Construyó, por ejemplo, el hospital Bicentenario. Y para el anuncio del lunes, puso en su lista obras que Nebot ofreció antes, entre estas, la aerovía, la ampliación de la metrovía, el alcantarillado y la construcción de la Casa José de Villamil.

Las últimas constan en la gaceta del 15 de julio de 2015, donde el Cabildo hizo oficial la iniciativa cívica 200 años, que tuvo como fin plantear la agenda para el Bicentenario.

En ese documento también se enlistan obras que ya son realidad: el diseño de proyecto urbanístico de la zona que ocupa el actual aeropuerto José Joaquín de Olmedo, la noria, los monumentos a Guayas y Quil y Cristo del Consuelo e incluso los puentes de Samborondón y Daule y el Puerto de Aguas Profundas, la terminal Pascuales y el control automatizado del tránsito.

La alcaldesa, por su parte, deja su huella con el centro de desintoxicación de drogas de Bastión Popular, el centro integral para personas con discapacidad física o intelectual, los hospitales de Puná, del Morro y Tenguel y, entre otras, el plan de 4.000 viviendas y 1.200 lotes en Monte Sinaí.

Algunas obras anunciadas para el Bicentenario por la funcionaria, como el monumento de la llama eterna y esculturas que no especificó, han sido suspendidas y probablemente continuarán en 2021, confirmó.

El proyecto contemplaba la remodelación del entorno del monumento a José Joaquín de Olmedo, en el malecón, otrora criticado por elegir ese sitio turístico en lugar de otro punto de la ciudad.

Viteri no las menciona, pero otras de las obras de las que no se conoce mayores avances son el inicio del proceso de construcción del aeropuerto intercontinental de Daular y la construcción de la primera vía al nuevo aeropuerto.

Sobre este último proyecto, criticado por ambientalistas por comprometer una parte del Bosque Protector Cerro Blanco, la alcaldesa dijo a EXPRESO en junio que mientras no lo estudie, nadie tocará el lugar.

A propósito de aquello, y sobre las obras que quedan archivadas por ahora, la activista ambiental y dirigente del colectivo Cerros Vivos, Mariuxi Álava, cree que la pandemia está marcando un antes y después de muchas cosas en la ciudad. “Hemos evidenciado qué cosas no son tan importantes, como las infraestructuras, que ahora están sin utilizarse, y vemos prioridades a las cuales no dábamos atención, como es el bienestar”.

En ese sentido, apuesta por invertir en salud, educación y disfrute de la naturaleza en lugar de simplemente cumplir con lo que queda pendiente. Es decir, propone organizar las prioridades de la ciudad.

Guillermo Ayala, presidente de la Federación de Urbanizaciones de vía a la costa, en cambio, ve la construcción de la vía al aeropuerto como una vía alterna para residentes de este sector. “Permitirá el desarrollo y el flujo vehicular para los planes habitacionales para más de 5.000 familias. Esta obra es de prioridad cero”.

Ya en 2021 se planteará qué se acoge de lo pendiente y qué no. Por ahora, la ciudad ha empezado a mirar hacia el futuro (algo demandado a la anterior administración), a través de la elaboración del plan maestro de la ciudad. Esa proyección determinará también los días venideros en materia de planificación de esta urbe que llega a sus 200 años de libertad.