
Vito Muñoz y Pocho Harb: champán y oración en el Barcelona SC vs River Plate 1990
Champán y fe: Vito Muñoz y Pocho Harb en el histórico Barcelona SC vs River 1990
Han pasado 35 años desde aquella histórica noche en que Barcelona eliminó a River Plate en las semifinales de la Copa Libertadores, el 12 de septiembre de 1990, pero para los periodistas Vito Muñoz y Alfonso ‘Pocho’ Harb ese recuerdo sigue vivo.
Ambos periodistas, referentes de la prensa deportiva ecuatoriana, han compartido incontables veces sus memorias de ese día que marcó un antes y un después en la historia del club.

VITO MUÑOZ Y SU RELATO DEL PAPEL
“Estaba en mi suite, en el tercer nivel del estadio, la número 42, junto a varios amigos. La noche anterior le hice llegar a Carlos Luis Morales un informe detallado sobre cómo cobraban los penales los jugadores de River ese año. Había observado a Medina Bello, Sergio ‘Bruja’ Berti, Rubén Da Silva, Jorge Higuaín y otros. Eran seis cobradores principales”, explica Vito.
“El informe incluía una gráfica de hacia dónde solían rematar. Carlos Luis lo estudió con dedicación. Cuando llegó el turno de Da Silva, falló. Morales reaccionó con rapidez y despejó la pelota hacia la tribuna. Fue un momento de euforia”, añade.
Y además confiesa: “Ha sido una de las emociones más grandes que he vivido con Barcelona”. Después del partido bajó al camerino y se encontró con Isidro Romero, Octavio Hernández, Xavier Paulson, Carlos Muñoz Insúa, quienes eran directivos y se bañaron en champán.

POCHO HARB EN 1990 SE ARRODILLÓ PARA DAR GRACIAS A DIOS
Alfonso Harb, por su parte, vivió ese día de manera intensa: “Me tocó transmitir el partido por Súper K-800 junto a Manuel Kun, Marcos Hidalgo y Rudy Ortiz Iriarte. Cuando llegaron los penales lo viví con un dramatismo enorme”, narra emocionado Harb.
“Recuerdo claramente cuando Da Silva dispara, la pelota pega en el horizontal y Morales la recoge. En ese instante, se dio por terminado el partido y se selló la clasificación de Barcelona a su primera final de la Libertadores. Me arrodillé y le di gracias a Dios. Ese gesto nunca lo olvidaré”, dice Pocho como si el partido hubiera sido ayer.
Destaca que ese logro tuvo un valor especial: “Barcelona venía persiguiendo esa final desde 1971. No se había podido concretar y por eso ese choque fue clave para consolidar al club como un equipo de casta internacional”.
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