Iga Swiatek lleva genes olímpicos
La polaca de 19 años que ganó el Roland Garros prefiere el oro. Su padre fue remero en Seúl 1988
“Crecí consciente de que los Juegos Olímpicos son la principal competición. Sé que no todos los tenistas piensan lo mismo, pero para mí son algo especial. Lucharé por una medalla”. Con esa promesa, la reciente campeona del Roland Garros, la polaca Iga Swiatek, reveló que es más que un Grand Slam de tenis. Lleva genes olímpicos.
Considerada como la nueva joya de este deporte en damas, por sus 19 años y excepcional nivel de juego, Iga solo piensa en rendirle tributo a su pasado. Ese que proviene de Tomasz, su padre, un hombre que ya cumplió los 56 años, pero que a los 24 compitió en los Juegos Olímpicos de Seúl’88 en un deporte que, hasta el momento, ha dado a su país muchos más éxitos que el tenis: el remo.
Si bien el nombre de Tomasz Swiatek no está entre los ganadores de una de las 18 medallas olímpicas del remo polaco, el progenitor de la nueva sensación del tenis mundial fue un deportista de élite que ganó el oro en la Universiada de 1987 en cuádruple scull y que al año siguiente fue seleccionado para el equipo olímpico. Su embarcación alcanzó las semifinales y terminó en séptima posición. En los Mundiales de esa misma temporada la tripulación polaca fue quinta.
“Siempre he soñado con ir a los Juegos Olímpicos por culpa de mi padre”, dijo sonriente la flamante ganadora en París, en declaraciones recogidas por el Comité Olímpico Internacional (COI). “El año que viene son los Juegos de Tokio. Ahora habrá una gran presión sobre mí. Me alegro de haber ganado los Juegos de la Juventud, porque me dieron mucha experiencia”, añadió la jugadora.
Y es que Swiatek se proclamó campeona de dobles en 2018 en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, una competición que reúne a los mejores deportistas de hasta 18 años y en la que han triunfado decenas de chicos y chicas que luego han sido campeones olímpicos absolutos. El nadador sudafricano Chad LeCLos, el boxeador cubano Robeisy Ramírez o la taekwondista británica Jade Jones son solo algunos ejemplos de una lista a la que Swiatek quiere unirse.
Tras su victoria en la final de Roland Garros, la tenista de 19 años dedicó unas palabras de emocionada gratitud a su padre, que le ha dado “básicamente todo” para convertirla en lo que es.
Para subrayar la importancia de contar con un equipo que haya compartido vivencias, Swiatek también señaló que trabaja desde hace dos años con una psicóloga que a su formación académica suma una vasta experiencia deportiva: la ex regatista Daria Abramowicz, quien practicó la vela durante veinte años.
“Me comprende de la A a la Z y me hace mejor. Con ella es más fácil manejar las emociones”, señaló sobre su compatriota.
Hoy, Iga Swiatez tiene nueve meses por delante para preparar lo que, según dice, sería “el mejor regalo que podría hacer a su padre: una medalla olímpica”.